Por Apolonio de Perga
Filósofo del periodismo
Después de una ausencia obligada en el cubrimiento de las sesiones plenarias del concejo distrital acudí ayer y descubrí algo que debe causar indignación en los ciudadanos: Se perdieron de la manera más impune: 13 millones 170 mil pesos que corresponden a los honorarios que los ciudadanos les pagamos a los honorables concejales para que sesionen escasas 4 horas de un solo día.
Ayer hacia las 12 el secretario de salud de Cali, German Escobar Morales, hablaba como un loro sobre los programas para mitigar la contención del dengue que deja un numero de 10 victimas en Cali y mientras tanto los 9 concejales que aún permanecían en la sesión, unos hablaban por celular, otros entre ellos mismos y la gran mayoría 12 se habían ido del recinto.
No es entendible cómo es que los concejales citan a los funcionarios a que respondan unos extensos cuestionarios y luego orondos se van haciéndoles perder tiempo a los funcionarios y dinero a los contribuyentes que con sus impuestos pagan la pesada carga que es mantener un concejo con 21 individuos todos con carros, oficinas con aire acondicionado, se les paga pensión, EPS, Caja de compensación, Riesgos Laborales y algunos tienen hasta carros blindados que se los prestan a sus mujeres para que los estrellen.
El costo de los honorarios de los honorables que asisten a 150 sesiones ordinarias y 40 extraordinarias es de 2 mil 502 millones 372 mil pesos anuales, suma no despreciable con la cual podrían comer miles de niños su ración desequilibrada del PAE.
Pero eso no es todo, cada concejal dispone de una unidad de apoyo normativo cuyo presupuesto es de 48 salarios mínimos mensuales y cuyo propósito es del acompañar al cabildante en su labor para ejercer el control político. Esa burocracia al año representa a los ciudadanos algo así como 14 mil millones de pesos para los sufridos contribuyentes.
¿Que hacen los concejales?
Salvo contadas excepciones las labores de los concejales son cuestionables. En las sesiones no están atentos sino al gerente de EMCALI y al alcalde cuando va a instalar las sesiones. A los secretarios no les paran bolas.
Por ejemplo el concejal Andrés Escobar, la mayor parte del poco tiempo que permanece en el concejo se la pasa hablando por celular y con su colega Juan Felipe Murgueitio. Ayer cerraron las sesiones los siguientes honorables: Marlon Cubillos, Rodrigo Salazar, Roberto Ortiz, Alexandra Hernández, Tania Fernández, Juan Felipe Murgueitio, Carlos Ariel Patiño, James Agudelo, Maria del Carmen Londoño, Edison Giraldo Hoyos.
Los restantes no sé si estaban en el baño, en la cafetería, haciendo fila para que Eder los atienda o simplemente se aburrieron y decidieron abandonar la curul. Seguiremos en el control ciudadano para vigilar que los honorables padres del municipio cumplan con la sagrada misión de defender los intereses comunitarios y no sus propósitos burocráticos.
Eder no afloja
Ayer pude verificar que la imagen del alcalde Alejandro Eder, entre algunos concejales no es muy buena porque lo califican de mamagallista. A algunos les prometió secretarias, a otros mesa directiva del concejo y burocracia pero aún nada de nada.
Despertó el contralor
Con unas tibias auditorias de hallazgos en EMCALI y el Ancianato San Miguel, el contralor distrital Pedro Antonio Ordoñez, despertó del letargo de una muy pobre gestión.
Ese informe de hallazgos por 43 mil millones de pesos en EMCALI es muy simple. En todas las empresas de servicios públicos existe un cartera morosa, no todo el mundo puede pagar los servicios públicos tan costosos y es muy simple entender que existen planes de financiamiento para los morosos, de modo que alli no hay ninguna perdida de recursos.
En el informe sobre el Ancianato es cierto que desde hace 10 años sus instalaciones están deterioradas por el paso del tiempo pero lo que resulta como un chisme es que a los ancianos les den un cepillo de dientes para 10 personas, ni que una cuchara la usen 20 personas al mismo tiempo. Esos son cuentos como los que le inventan a diario al presidente Petro.
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