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EL FACTOR “BIDEN”

Por:  Felipe A. Priast 

Columnista 



Todavía no ha renunciado Biden a su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos, pero ya se están sintiendo los efectos de su desastroso debate de hace una semana en todas partes, y Colombia no ha sido la excepción. 

Es curioso que, tan pronto Biden la cagó en el debate gracias a su senilidad y avanzado estado de demencia, sale un montaje raro y de mal gusto vinculando a Petro dizque con una mujer transexual en su viaje a Panamá, dizque durante  la posesión del nuevo presidente de ese país, un vídeo que, más que nada, lo que hace es anunciar una nueva era en la escalada contra nuestro presidente en donde los ataques personales, los “deep fakes” e incluso la Inteligencia Artificial, serán los instrumentos de esta nueva guerra sucia. 

Colombia tiene ya un largo antecedente de ser “testing ground” de nuevas formas de sabotaje político y guerra sucia que se remonta a los años de J.J. Redón trabajando para el uribismo, y sospecho que ese mismo J.J., ahora trabajando para la CIA, está detrás de esta nueva era de política sucia que se avecina. 

Tan pronto le quedó claro al uribismo y a las fuerzas oscuras de Colombia que Biden va a perder estas elecciones, suscitando el regreso de Trump, su aliado ideológico, de inmediato los enemigos de Petro se “mojaron” de la dicha y pusieron en marcha este primer peldaño de guerra sucia que se avecina. 

Solo me queda decir que, estos dos años largos que le quedan a Petro van a ser los más sucios en la historia de la política colombiana, y Petro tiene que prepararse para lo que viene. Ese vídeo en Panamá no fue más que un pasabocas comparado con lo que se viene. Tarde o temprano Petro va a tener que llegar a la conclusión de que no hay otra alternativa más que lidiar con la CIA y sus “activos” usando los mismos métodos pocos ortodoxos que aquellos usan. A la CIA se le puede pegar, pero hay que saber cómo y se necesita de “amigos” para hacerlo. Estoy seguro que Petro sabe lo que quiero decir. 

Sin embargo, otra consecuencia aún mayor de la debacle de Biden en el debate presidencial de hace 8 días ha sido la nueva alianza entre Petro y Santos que ha acabado con Juan Fernando Cristo como Ministro del Interior.

Santos, cuyo principal objetivo en la vida es joder a Uribe para salvar su proceso de paz, es decir, su legado histórico, sabe que ese legado vuelve a estar en peligro, una vez suba Trump al poder, pues Trump es el aliado del uribismo, y él quiere destruir a Uribe, hacer a un lado a Petro, y poner presidente en el 2026. 

Su estrategia antes del fatídico debate de Biden, sospecho, era meterse por el “medio”, cortando monte a lado y lado del espectro político colombiano, y con esto quiero decir, tumbar a Uribe y a Petro, y con esto en mente contaba con la ayuda de la administración Biden, pues Santos es el alfil de Biden (o de los que manejan a Biden, pues la senilidad de ese pobre viejo ya no da ni para que recuerde quién es Santos) en Colombia. Pero Biden es un anciano con Alzheimer’s (o demencia senil, o Párkinson), que  casi con seguridad va a perder en Noviembre, trastocando todos los planes de Santos para Colombia. Entonces, sabiendo que a partir de Enero del año entrante ya no va a tener amigo en La Casa Blanca, a Santos no le ha quedado otro remedio que “aliarse” con Petro para defender su legado de la amenaza uribista, pues siente que, con Trump en la presidencia a partir del año entrante, el uribismo tiene chance de regresar al poder en el 2026, y él no quiere eso. 

Pero Santos no es un jugador honesto, pues él no es un hombre honesto y nunca lo será. 

Hace dos meses hablaba pestes de Petro y su idea de una Constituyente. Hoy pone ministro en la administración Petro y dice que si se podría hacer Constituyente, en la forma de la de 1991. 

Ese “volta face” de Santos ha sido motivado por la amenaza que representa un regreso del Uribismo en el 2026, y porque ya no va a tener amigo en Washington con la cual hacerle guerra sucia a Petro y a Uribe. 

Entonces, se alia con Petro porque, entre Petro y Uribe, es peor Uribe. 

Aquí la jugada es saber quién va a usar a quién. Los dos van a tratar de usar al otro para su beneficio propio, pero a mi me interesa que Petro salga ganador en esta maniobra porque Petro es un hombre más comprometido con las reformas sociales que Santos, quien es un simple traidor uribista que quiere salvar su proceso de paz y su legado. A Santos le vale mierda la gente, él lo que quiere es echarle brillo a su Nobel y a su legado de paz. 

Por lo tanto, y para que el Santismo lo sepa (y en ello incluyó a “Cambio”, Coronell, la Duzan, los payasos del círculo neo-liberal bogotano), voy a hacer todo lo que este a mi alcance para que sea Petro el que use a Santos en esta mala alianza, aunque entiendo que esta sea necesaria. Es decir, voy a ayudar a Petro a que sea él el que use a Santos, y no al revés. 

El Uribismo no debe regresar al poder en el 2026 bajo ninguna circunstancia, pero tampoco el santísimo, y menos esa cuerda bogotana de cretinos que Santos encabeza. Colombia necesita que el progresismo continúe después del 2026 y que no llegue un candidato al poder que no tenga un objetivo social. En otras palabras, esa alianza entre Petro y Santos debe servir para sacar adelante las reformas que quiere Petro, con o sin constituyente, y para detener al uribismo, pero no para poner un candidato en coalición en el 2026 porque ahí Santos gana la partida. 

Eso es lo que quiere Santos. Entre le 2002 y el 2010 ese hijueputa cachaco taimado se hizo dizque uribista para robarle los votos a Uribe y salir elegido presidente, y lo logró. 

Ahora su estrategia es repetir la gracia, solo que esta vez al que le va a robar los votos es a Petro. 

Se va a joder. Santos no va a poner presidente en el 2026, y tampoco le va a “robar” los votos a Petro, y yo voy a estar por aquí para ayudar a que eso no suceda. 

Presidente Petro: yo entiendo la conveniencia de lo que usted esta haciendo, pero no confíe en Santos, porque lo que he explicado arriba es lo que ese hijueputa piensa hacer. Saque sus reformas con la ayuda de Santos, pero deshágase de él tan pronto pueda, porque ese cachaco taimado lo va a robar. Santos se acaba de quedar sin “padrino” gringo y ahora anda rebuscándose “padrino Colombiano”, y ese padrino colombiano es usted. Es más lo que Santos lo necesita a usted, que lo que usted necesita a Santos, no se deje de ese cachaco taimado. 

Y, sin embargo, es curioso que todo esto se haya dado justo después de que Biden se despiporrara en su carrera hacia la re-elección. Eso le debería decir a usted, con claridad, las complicidades de los americanos con los diversos sectores políticos colombianos distintos del progresismo. Tanto el Uribismo como el Santismo tienen aliados gringos, y eso le debería decir algo, señor Presidente. 

Y eso también le debería decir algo a los colombianos. Aquí el único político que no tiene “amigo” en la Yuma es Petro. El resto de los políticos colombianos, de el partido que sea, reportan allá arriba a sus amos norteamericanos. 

Es increíble que un debate presidencial en los Estados Unidos tenga tantas repercusiones en Colombia, pero es lo que hay. Político colombiano, sin gringo a bordo, no es nada, pues esta es una política de “mantecos” de los gringos. 

Esa es la principal razón por la cual yo apoyo a Petro: el tipo no tiene amigo gringo…

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