Recientemente, una noticia falsa (Fake News) divulgada por video puso a temblar a los caleños al sugerir un aumento desproporcionado del impuesto predial en algunas comunas de la ciudad. Esta información falsa se centraba en que la actualización del impuesto, el cual y según la ley por sostenibilidad fiscal, debe realizarse al menos cada cinco años. Este impuesto, recaudado por los municipios, es una de las principales fuentes de financiación y de libre destinación de los mismos.
En el caso de Cali, se anunció que esta actualización se llevaría a cabo en las comunas 2, 17, 19 y 22, conocidas como "comunas de opinión". Curiosamente, estas comunas fueron las que votaron mayoritariamente por el alcalde Eder. Además, el alcalde declaró recientemente que estas comunas tienen la mayor deuda de este impuesto en la ciudad. Un hecho que sorprende, toda vez que estas comunas son de mayores ingresos y no deberían tener dificultades para cumplir con sus obligaciones fiscales.
Según datos de la Secretaría de Hacienda, presentados en una sesión del concejo municipal, hace ya unos meses, la deuda del municipio asciende a 5,2 billones de pesos. Esta cifra es alarmante, ya que equivale a todo el presupuesto municipal de un año, incluyendo los fondos que la nación envía anualmente para salud, educación, saneamiento básico y agua potable, en lo que se denomina Sistema General de Participaciones (SGP). Si lográramos recuperar esta deuda, podríamos abordar necesidades críticas, como la reparación de la malla vial, estimada en 2 billones de pesos, la recuperación del centro de Cali con la reubicación de los vendedores ambulantes, el embellecimiento paisajístico de parques en toda la ciudad, la dotación de grama a las canchas públicas, entre otras. En resumen, podríamos encaminar a Cali hacia la redención frente a muchas de sus necesidades y anhelos.
Al preguntar a algunos habitantes de estas comunas por qué no están pagando sus impuestos, muchos expresaron que sienten que el municipio les brinda poco o nada a cambio del pago de estos. Sin intentar justificar la morosidad, esta percepción puede ser una razón poderosa detrás de una cartera tan alta. Es evidente que la atención del municipio a estos barrios es mínima. Cuando se examinan las necesidades de estos barrios, la mayor prioridad manifestada por muchos es el arreglo de las vías, incluso por encima de la seguridad, las cuales no están priorizadas, dicho de otra manera es estar en la lista, para ser intervenidas o arregladas. Esta falta de atención podría estar causando la reticencia de los habitantes de estas comunas a pagar sus impuestos.
Es determinante que la administración municipal se acerque más a las comunidades y restablezca la confianza. Es esencial que los ciudadanos perciban que sus impuestos se están invirtiendo de manera adecuada y que hay un retorno tangible en servicios y mejoras para sus barrios. Solo así se podrá mejorar la recaudación y reducir la cartera morosa del municipio, asegurando una gestión fiscal más sostenible y equitativa.
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