top of page
Foto del escritorRedacción

“No importa el color del gato…”

Por Fernando Duque Jaramillo



Para comprender el rápido crecimiento económico de China en los últimos 40 años, indico que la productividad de un trabajador que se traslada del campo a una fábrica aumenta unas 20 veces. 

Con una inmensa clase media en rápido crecimiento en los años 80, la producción tenía que seguir el ritmo de la demanda de los consumidores. 

Aunque predominaban las grandes fábricas controladas centralmente, decenas de miles de pequeñas empresas representaban un porcentaje cada vez mayor de la producción nacional de materiales de construcción, ropa y cuero. 

En solo 4 años se descolectivizó la agricultura china, se reformaron la educación y la industria, y se permitió el florecimiento de la empresa privada. Incluso se abrió una Bolsa de Valores. Las energías del pueblo chino se liberaban. 



Hablamos de transformación social, transformación económica y de rotundos cambios psicológicos. “Todos estos aspectos avanzaban a un ritmo tan vertiginoso que desconcertaban a nuestra gente, para no mencionar a los observadores extranjeros que intentan comprender el fenómeno”, anota un dirigente de la época.

Pero el concepto de reforma democrática de Deng Xiaoping se ciñó al modelo de Partido único. Abrazó la liberalización económica y rechazó la liberalización política y la globalización al estilo occidental. Dijo que “debemos ser muy cautelosos en el frente político”. Llamaron a su reforma política “racionalización”, no democratización. 

El concepto chino de modernización -desde 1978- ha sido distinto de lo que llamamos “modernidad” en occidente. 

China nunca se inclinó por las ideas y valores liberales, pues persigue la modernización entendida como bienestar económico y avance tecnológico. Económicamente, esto significa buscar nuevas relaciones y nuevos acuerdos comerciales en todo el mundo. Pero, políticamente, se reafirmó el poder absoluto del Partido Comunista.

Deng era pragmático. En 1978 dijo su famosa su frase “No importa el color del gato, lo importante es que cace ratones”, anticipando el enorme nivel de pragmatismo político y económico que el Partido pondría en marcha, señala el portal “lavoz.ar.com”. 

Pero los verdaderos cambios del socialismo en China, se produjeron después de Deng. Al principio, los bajos costos de producción en China ofrecían enormes oportunidades al mundo. “Trabajé muchas de las primeras inversiones. Hice el primer trato para Exxon-Mobil. Hice el primer trato para dos farmacéuticas. Para Bayer Chemical. Negocié la primera empresa conjunta de Ericsson”, afirma un abogado de las grandes corporaciones estadounidenses. Y, con su mano de obra urbana en rápida expansión, el PIB se multiplicó casi por 70 en 40 años. 

Las políticas de reforma y apertura tuvieron un enorme éxito en la sociedad y en la economía. El gobierno proclamaba la combinación de unipartidismo y el espíritu empresarial como la “vía china”. 

Su economía comenzó a cambiar en los 90. Sus grandes empresas aprovecharon las oportunidades que les ofrecía el entorno global. 

En 1999 se fundó Alibaba Group, “Ábrete sésamo”, significa exactamente. “¿Cómo podemos ayudar a las pequeñas y medianas empresas a hacer negocios en todo el mundo?”.

Tal vez la gente no se ha dado cuenta de que Alibaba, desde el primer día, fue una expresión de la globalización. Fue y es el símbolo. El primer sitio Web de Alibaba estaba y está en inglés. Mientras Alibaba se abre al mundo, la liberalización económica permitió el crecimiento de una enorme clase media china con sus propios gustos y deseos.

La clase media china se componía entonces de unos 400 millones de personas, mayor que toda la población de Estados Unidos por la época (y aún hoy) y crecía cada vez más. Fueron personas que se adaptaron pronto a la tecnología y que valoraron mucho la educación. También valoraron grandemente el incremento del prestigio nacional.

Un ilustrativo artículo escrito publicado el 11 agosto de 2024 por Rodrigo Ricardo en el portal Historia Mundial, da cuenta de que durante la década de 1980 un creciente sector privado estimuló el crecimiento y elevó el nivel de vida urbano. 

La gente entonces aspiró a comprar el kit de los ocho grandes: televisor, nevera, estéreo, cámara, motocicleta, juego de muebles, lavadora y ventilador.

El ritmo de acumulación de riqueza hoy, por supuesto, se está ralentizando. Pero continúa siendo muy alto. 

Desarrollan nuevos productos, en un mercado relativamente no regulado, en el que no se enfrentan a barreras proteccionistas de los productos de consumo que sí tienen muchos países occidentales y muchos orientales, por lo que avanzan con mucha rapidez. 

Esta falta de regulación ha ayudado a China a ponerse al día con la tecnología occidental muy rápidamente. No se crea eso de que todo lo de ellos es copiado. 

Lo que hicieron fue “aprender haciendo”. Lo que hicieron fue importar el “know how” y la tecnología. El interés era poner a la gente a trabajar. Y desarrollaron sus propios programas. No querían depender más de afuera en lo tecnológico.

LOS TRENES 

Un ejemplo clave son los talleres de trenes de alta velocidad. 

“Solo hace 10 años introdujimos tecnologías extranjeras -dice la ingeniera senior Zhang Guoqin; ahora podemos diseñarlos nosotros mismos y desarrollar nuestros trenes de alta velocidad”.

¿Cuál es el tamaño actual de la red?

Se amplía la red cada año, dice Zhang Guoqin. A finales de 2017 la red de alta velocidad tenía 25.000 kilómetros. La más larga del mundo. Igualan a la red del mundo restante las 10 principales redes ferroviarias de alta velocidad. En 2025 la red tendrá 38.000 kilómetros y se están preparando para salir pronto al extranjero.  

CNN del 21 de julio de 2021, da cuenta de que el tren de alta velocidad promedio en China puede avanzar a una velocidad de 350 km/h, mientras que los aviones vuelan a 800-900 km/h. 

“Un tren bala de levitación magnética, que puede alcanzar velocidades de 600 kilómetros por hora, hizo su debut en Qingdao. Desarrollado por la empresa estatal China Railway Rolling Stock Corporation. Se considera el tren más rápido del mundo. El tren “flota”, gracias a una fuerza electromagnética que lo guía deslizándose sobre las vías”.

Ahora el gobierno chino persigue la globalización a través de su iniciativa “Belt and Road”, uniendo el comercio de Asia, África y Europa y más allá, por tierra y mar, en busca de nuevos mercados y materias primas. 

Se trata de un proyecto de infraestructuras de extraordinaria envergadura y ambición. Ya en la Edad Media los juncos chinos y los árabes transportaban productos de China, seda, y sobre todo cerámica al Golfo Pérsico y a occidente, y ahora vuelven a hacerlo.

Con el aumento del poder económico de China, aumenta también la influencia política y cultural. El equilibrio de poder en el mundo está cambiando muy rápidamente. 

China es muy experta en difundir sus prácticas y en obtener su aceptación a través del dinero, a través de los mercados. Y no se trata de un complot nefasto en contra de ningún otro país. Esto ocurre a plena luz del día, en gran medida con la complicidad de las empresas estadounidenses que quieren vender en China. Pero tiene un impacto aquí. El ejemplo más elocuente es Hollywood.

El modelo de beneficios de Hollywood es el éxito de taquilla. China tiene la taquilla más grande del mundo. Si quieres un éxito de taquilla, debes medirlo en China. El dinero habla y China se ha convertido en los creadores de gusto para el mundo, tanto en la oferta como en la demanda, porque tiene los números. 

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Pero la influencia de China irá más allá de la economía y la cultura. El gran tamaño de China implica que se unirá a los Estados Unidos como líder de la inteligencia artificial. 

La inteligencia artificial será la próxima fase de rivalidad entre súper potencias. La inteligencia artificial es la Cuarta Revolución Industrial. 

La Revolución Industrial inicia con la máquina de vapor, la electricidad, la revolución digital de los 90 y ahora la inteligencia artificial.

El petróleo que hace funcionar la máquina de inteligencia artificial son los datos y China tendrá más datos, gracias a su gente, ya que es capaz de dirigir y de utilizar sus datos como desee, así que está muy bien posicionada para ser uno de los dos líderes en inteligencia artificial. 

China anima a las grandes empresas a colaborar con las nuevas universidades tecnológicas, muchas de ellas dirigidas por tecnócratas extranjeros.

El profesor Cheng Xin afirma que, combinando Hong Kong y Macao, el gobierno central tiene un plan para convertir toda la zona del proyecto en una de las mayores áreas de bahía del mundo, para llegar a ser competitiva en comparación con las bahías de Tokio y la de San Francisco. 

Grandes empresas chinas ya están extendiendo su influencia por todo el mundo, desafiando la supremacía de las empresas estadounidenses. Y también se preparan para liderar el mayor problema al que se enfrenta el mundo hoy día: el cambio climático.


LA “TECNOLOGÍA VERDE”

China firmó en 2015 los Acuerdos Climáticos de París y ahora están invirtiendo masivamente en tecnología verde, a la que ven como otra oportunidad de crecimiento, tanto económica como políticamente. 

Sobre todo, porque los Estados Unidos se alejaron de sus obligaciones internacionales relativas al calentamiento global. 

China será el líder del medio ambiente, será el líder mundial en la lucha contra el cambio climático y será el líder en tecnología.

Ya es el mayor inversionista en inteligencia artificial. La inteligencia artificial no consiste solo en robots que te sirven café. Sino en toda la tecnología necesaria para el medio ambiente, que implica datos masivos para gestionar el agua, la energía hidráulica y la energía solar. 

Todos estos sistemas crearán todo tipo de puestos de trabajo. No es el medio ambiente el que impide el crecimiento. La próxima oportunidad de crecimiento está en arreglar el medio ambiente.

Amigo lector: ¿Sigue creyendo en la imposibilidad del cambio? ¿Considera que el cambio no ha llegado?

En próximo escrito: “China un resumen”.

Comments


bottom of page