Por Mauricio Mejía López
Consultor Político
A través de su iniciativa "El Tapa Huecos", Samuel Merchán, surge como una figura disruptiva y emblemática en el paisaje de la infraestructura vial de la ciudad de Cali. Enfrentado a un deterioro de más del 50% de la malla vial, no solo suple una deficiencia de la administración, sino que también desafía y acelera una respuesta del gobierno, la que con su proyecto "Chao Hueco" revela, en principio, dos aspectos: primero, la urgencia de una solución de fondo a un problema, y segundo, la falta de estrategias de largo plazo por parte de los responsables de la solución.
En uno de sus mensajes, "El Tapa Huecos" deja claro que su labor no es solo un acto de reparación física de las calles, sino un llamado a la responsabilidad del gobierno y al civismo de los caleños. Su determinación invita a los ciudadanos a no ser meros espectadores de los problemas comunitarios. Este esfuerzo personal, aunque no soluciona el problema de manera profesional ni estructural, demuestra la importancia de la iniciativa individual en la gestión y la gobernanza urbana.
Desde otra perspectiva, la rápida respuesta del gobierno con su campaña "Chao Hueco", tras la iniciativa de Merchán, manifiesta una actitud reactiva más que proactiva. Esta actitud se evidencia cuando se priorizan soluciones rápidas y superficiales en lugar de abordar de raíz las causas del problema. El hecho de que tanto las acciones de Merchán como las del gobierno local compartan una calidad precaria en los trabajos realizados refleja una falta de estándares elevados y una visión a corto plazo que no apunta a solucionar los problemas subyacentes de la infraestructura.
Además, apresurarse a reparar superficialmente las vías antes de la COP 16 envía un mensaje equivocado en términos de prioridades ambientales. Aunque es esencial mantener una infraestructura vial adecuada, el gobierno muestra un énfasis excesivo en la movilidad motorizada, en contraposición a los principios de sostenibilidad y movilidad urbana responsable. La falta de inversión, o el desequilibrio en la inversión en infraestructuras para peatones y usuarios de bicicletas no solo afecta la calidad del aire y aumenta la contaminación sonora, sino que también desalienta modos de transporte más saludables y ecológicos, que son esenciales en el contexto de una conferencia internacional sobre diversidad biológica y medioambiental.
Ahora bien, la ausencia de voces profesionales en este tema, especialmente de asociaciones de ingenieros y constructores, es evidente respecto a la calidad de los trabajos de reparación realizados tanto por "El Tapa Huecos" como por el proyecto "Chao Hueco". Esto pone de manifiesto la falta de liderazgo profesional y técnico en debates críticos sobre la calidad y sostenibilidad de las intervenciones urbanas en la ciudad, donde no solo es crucial garantizar que las soluciones sean efectivas a corto plazo, sino también que contribuyan al bienestar a largo plazo de la ciudad.
La iniciativa de Merchán, más allá de ser un episodio pintoresco, representa un llamado a repensar la forma en que se abordarán y priorizarán las intervenciones urbanas en Cali. Es necesario que el gobierno no se iguale al “lujo precario” de lo que hace Merchán y deje de lado la superficialidad –“Chao Hueco”- adoptando estrategias y decisiones con soluciones de fondo, integrales y sostenibles, que vayan más allá de un simple maquillaje de las vías e invierta en fomentar, sin discriminación, en una cultura de participación cívica y activa entre los ciudadanos.
Mauricio Mejía López
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