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LA SOLEDAD NO DESEADA

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 3 ago
  • 4 Min. de lectura

(Por Alirio Galvis Padilla/Columnista)


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Una cosa es elegir estar solo por gusto, por tranquilidad o por encontrarse consigo mismo o porque buscas estabilidad económica y otra muy distinta, sentirse solo, a pesar de estar rodeado de personas, o decidir aislarse de la sociedad, de la familia o amigos por no sentirse valorado, importante, no escuchado o no tener las habilidades emocionales o sociales para compartir con otros, esto es, una soledad no deseada.

En este momento hay millones de personas que están en un rincón de su casa, esperando con ansiedad, tristeza o miedo que termine prontamente el día o la noche y posiblemente sumergidos en sus recuerdos, añorando lo que no tienen, una familia, amigos, cuidador o simplemente alguien con quien hablar.

Esto me hace recordar el día que fui a una funeraria en la ciudad de Bogotá y encontré en una sala de velación un ataúd con el cuerpo de una mujer y sin ningún doliente que la acompañara en esas últimas horas, esto me conmovió a mí y a otras personas que decidimos acompañarla y elevar una oración por ella, que murió completamente sola.

La Organización Mundial de la Salud recalca que la soledad es un problema de salud pública que no discrimina ni edad, ni condiciones sociales. Una de cada seis personas en el mundo está afectada por la soledad, por su parte la Sociedad Americana de Psicología afirma que en solo en Estados Unidos hay más de 43 millones de personas con soledad crónica y es un problema que se extiende alrededor del planeta. En el Reino Unido el problema es tan grave que crearon, hace 7 años, el Ministerio de la Soledad, para atender a más de 9 millones de personas que se encuentran solos, entre ellos, personas mayores de 75 años (la mitad de esta población vive sola). En el Japón personas entre 20 y 29 años han priorizado la búsqueda de “éxito profesional” sobre las relaciones interpersonales, este fenómeno aumento del 11% al 21% en siete años. Esta situación los llevó a crear en el año 2021 el Ministerio de Soledad y Aislamiento. En Alemania 17 millones de personas viven solas, de acuerdo a la Oficina Federal de Estadística y en España el 25% de las personas mayores de 65 años viven en la misma situación.

El doctor Vivek Murthy, asesor de la Casa Blanca en el gobierno Obama, afirma que la epidemia de la soledad no solo afecta al individuo sino tiene efectos negativos para la sociedad, entre más personas enfermas, aumentan los costos de la salud pública, se afecta la productividad laboral de estas personas y esto tiene consecuencias para el crecimiento de la economía del país. Somos seres sociales y los expertos dicen que estar solo y no tener vínculos con otros, puede ser más grave que fumar, el alcohol y la obesidad, lleva a problemas de salud mental como la depresión, ansiedad y problemas cardiovasculares.

 

En la época de las comunicaciones estamos cada vez más solos, el 15% de jóvenes entre 16 a 24 años tienen la experiencia de soledad no deseada, estos se refugian en las pantallas de sus móviles o tabletas y se aíslan a través de los video juegos, redes sociales, en un mundo completamente virtual y fantasioso, con cientos o miles de “amigos” y sin alguien que les dé un abrazo, los comprenda, alguien para un contacto humano, priorizando la cantidad en lugar de la calidad de los amigos.

A pesar que la tecnología nos permite vernos cara a cara con los amigos y familiares sin importar donde se encuentren, el problema es que sustituimos la visita, la caricia, el compartir, por una comunicación poco afectuosa en las redes sociales. Incluso preferimos enviar un mensaje de cumpleaños a tener el contacto personal con el homenajeado.

Sin embargo, para esta problemática el mundo busca soluciones en la tecnología, por ejemplo, en Corea del Sur crearon el robot free ball que invita a los usuarios a comunicarse con sus amigos y en Australia intentan aliviar la soledad de las personas mayores de los centros de cuidado con Abi, un robot que lanza burbujas. No obstante, considero que la solución debe ser más humanizada, desde la familia, empezando por darle ejemplo a nuestros hijos para que se integren en actividades que les fomenten el contacto social y colocando algunos limites en el uso de la tecnología en casa.

La población colombiana no es ajena a esta epidemia,  3.4 millones de personas viven en hogares unipersonales, de acuerdo al DANE y por ello se debe promover políticas públicas que atiendan y prevengan las causas y las consecuencias de la soledad no deseada, además de fomentar centros comunitarios y juveniles para que las personas se conozcan y compartan, promoviendo el aprendizaje de habilidades nuevas como la pintura, danzas,  aprendizaje de idiomas o generar espacios para clubes de cine, de lectura o el fomento del voluntariado, entre otros. A propósito, en el Japón, se crearon “cafés de conversación” donde las personas pueden conversar y compartir sus problemas libremente o líneas directas para las personas que luchan contra la soledad o los “Fureai Kippu” (moneda del tiempo), que es un banco de tiempo donde las personas hacen trabajo voluntario a cambio de unas monedas virtuales que pueden intercambiar por otros servicios de atención.

Finalmente, mientras lees esta columna piensa en que persona puede estar esperando tu llamada o mejor tu abrazo, tu visita, tu palabra. Ponte en acción. Si quieres hablar este es mi número +57 3124480840.

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