Por Armando Palau Aldana
Abogado - periodista

Tal como lo advertimos en la pasada Disertación del Crepúsculo: “El pomposo fascismo anunciado por Trump va a provocar una interesante reacción” y en efecto, tan solo tres días después varios países latinoamericanos reaccionaron en tiempo real y otros por defecto, cuando Trump ordenó acelerar la acostumbrada deportación de emigrantes considerados ilegales por el loco de la farándula.
Los presidentes de Honduras, México y Colombia emitieron sus pronunciamientos contra Trump, más que contra las deportaciones que se hacen de tiempo atrás en aviones militares norteamericanos, y Brasil lo hizo tardíamente. Incluso circularon archivos visuales del arribo de esas naves en tiempos de Biden siendo presidente Petro, por ello se explica, que la Cancellería haya resuelto prontamente el lapsus.

En la historia de los derechos humanos, se cuenta el rol de los cristianos en tiempos de expansión del Imperio Romano, en los que defendieron la vida y la dignidad como fundamentales, esta ultima inherente al desarrollo y reconocimiento de la personalidad, decoro sometido a los vaivenes de la guerra y sus vencedores como antecedente histórico del dominio de algunos imperios.
Quienes cultivamos la dignidad, entendemos que ello esta ligado a las convicciones como forjadoras del soporte del libre desarrollo de la personalidad, con altísimo costo personal, porque las ideas y los idearios se exponen y defienden con estoicismo y con recio carácter, pero los demás intentan demeritarlo considerando que el talante con que se expone la dignidad es una sutil violencia.
Las convicciones que apalancan la dignidad son la recolección de la cosecha del conocimiento forjado durante muchos siglos por los destellos de la humanidad, sin que por ello, como el hidalgo e ingeniosos cabalgante tengamos que acumular ingente cantidad de lecturas hasta delirar, dejando de lado la capacidad de escoger los bastiones del discernimiento confeccionados en medio del disenso.
Lo que resulta sofisma de distracción, es salir a invocar la defensa de la dignidad, para luego poner a otros a borrar y corregir el acto de rebeldía que entraña la salvaguarda de lo esencial de la condición humana, que es precisamente lo que ha ocurrido con la fugaz postura de Petro enfrentado por un instante al demente presidente de turno del país Yanki, quedando como una inoportuna rabieta.
Algunos dicen que los guarismos electorales no le proporcionan a Petro la suficiente munición como para envalentonarnos contra la colonización gringa, la que predijo con bastante anticipación Simón Bolívar respecto de los préstamos externos advirtiendo a Santander “En fin, lo haremos todo, pero la deuda nacional nos va a oprimir”, por ello el fortalecimiento de la CELAC es una opción.
Curiosamente el tema de las 7 Bases Militares Gringas en Colombia, Tratado agenciado por Álvaro Uribe que en su momento, fue deslegitimado por la Corte Constitucional, ha vuelto a tomar fuerza, es decir, en la práctica, la presencia de militares norteamericanos en las guarniciones de Tolemaida, Palenquero, Apiay, Tres Esquinas, Malambó, Cartagena y Bahía Málaga, toma fuerza y evidencia.
Esto conjuga con el cómplice silencio de Petro sobre la financiación de la cuestionada estación Guardacostas en Gorgona por el Fondo Antinarcóticos estadounidense, que como la DEA, son organismos reguladores del consumo norteamericano de cocaína, donde la indignidad se materializa con otro sofisma “Paz con la Naturaleza” esgrimido con avaricia política por la Minambiente.
La conclusión no es compleja (advirtiendo una vez más que nuestro sufragio acompaño esta opción política alternativa confeccionada por Petro sin hipotecar la independencia de nuestra crítica), no se cuenta con el suficiente arraigo popular ni se tiene el equipo de congresistas para ello, pues solo piensan en su bienestar privado y de sus consanguíneos, como para romper esas cadenas.
Sumemos a estos avatares, nuestra inmensa dependencia comercial y bancaria, pues nadie consume como el país del Tío Sam, tanta materia prima sin valor agregado como ellos, mientras que productos colombianos con precio adicional incorporado se vende a manos llenas a Venezuela, por ello la defensa de nuestra seguridad y soberanía alimentaria son el primer renglón de dignidad a defender.
Después del comunicado de normalización de nuestra Cancillería, la Casa Blanca dijo que nuestro Gobierno ha aceptado todos los términos del presidente Trump, por tanto, la recepción sin restricciones de colombianos deportados, incluso en aviones militares estadounidenses sin limitación ni demora, suspendiendo el incremento de aranceles y sanciones mientras nuestra matria cumpla.
Este nuevo e indigno arrodillamiento me evoca de Delfino y Romero 1929 “Aquel Tapado de Armiño” (costoso abrigo): ¿Te acordás?, era el momento / culminante del cariño; / me encontraba yo sin vento, / vos amabas el armiño. / Cuántas veces tiritando, / los dos junto a la vidriera, / me decías suspirando: / ¡Ay, amor, si vos pudieras! / Y yo con mil sacrificios / te lo pude al fin comprar, / mangué a amigos y usureros / y estuve un mes sin fumar. / Aquel tapado de armiño / todo forrado en lamé, / que tu cuerpito abrigaba / al salir del cabaret. / Me resultó, al fin y al cabo, / más durable que tu amor: / el tapado lo estoy pagando / y tu amor ya se apagó”.
Comments