Exigimos a los gobernantes de Colombia derrotar las economías ilegales
- Redacción
- 29 sept
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En el marco de la Semana de la Biodiversidad, que nació como legado de la COP16 y proyecta a Cali como un hito global en la defensa de los ecosistemas, se desarrolló el panel ‘Crímenes Ambientales y Estrategias para su Prevención’. Durante este encuentro, expertos internacionales y autoridades locales coincidieron en que las economías ilegales —como el narcotráfico, la minería ilegal y el tráfico de especies— no solo arrasan con la fauna y la flora, sino que también destruyen el tejido social, contaminan fuentes hídricas y profundizan la violencia en los territorios.
El alcalde de Cali, Alejandro Eder, lideró el debate recordando que el Chocó Biogeográfico, ecosistema del que hace parte la ciudad, ha perdido un 40% de su cobertura forestal en los últimos años. Desde esa realidad, fue enfático en que el Gobierno Nacional debe actuar con decisión.
“Si no cuidamos la biodiversidad, ponemos en riesgo la sostenibilidad y la habitabilidad del planeta. Por eso exigimos a los gobernantes de Colombia, al actual y a quienes vengan, derrotar de una vez por todas las economías ilegales que nos están matando a todos”, sostuvo Eder.
El mandatario caleño expuso la situación que enfrenta la ciudad por la minería ilegal en el Parque Nacional Natural Farallones de Cali. “De nada sirve descarbonizar la tierra si no protegemos el medio ambiente. Por eso, desde Cali demostramos que con voluntad política sí es posible avanzar: cerramos ocho bocaminas ilegales en los Farallones, con el apoyo de la Gobernación, el Ministerio de Ambiente, Parques Nacionales y la Fuerza Pública, protegiendo así nuestras fuentes de agua”, afirmó.
El alcalde de los caleños también advirtió sobre el impacto ambiental del narcotráfico. “Cada kilo de cocaína utiliza 82 kilos de precursores químicos que terminan en ríos y mares, envenenando nuestras fuentes de vida. No podemos permitir que estas economías ilegales sigan destruyendo el planeta y alimentando la violencia. Necesitamos soluciones locales, pero también un compromiso serio del Gobierno Nacional para acabar con este flagelo”.
En este sentido, Eder insistió en que la bioeconomía es el camino para ofrecer alternativas sostenibles. “A través del ecoturismo, de productos derivados de la biodiversidad y de la innovación científica, podemos generar riqueza y desarrollo sin destruir nuestro entorno. Ese es el modelo que funciona en países como Costa Rica y que debemos potenciar en Colombia”.
El llamado de Eder resonó entre los panelistas, quienes subrayaron la urgencia de una respuesta articulada. Catalina Gutiérrez, directora de Wildlife Conservation Society Colombia, señaló que enfrentar los delitos ambientales exige alianzas sólidas entre gobiernos, comunidades locales, sociedad civil y sector privado, pues “los territorios quieren vivir en paz y en armonía con la naturaleza”.
En la misma línea, Ana Matarrita McCalla, alcaldesa de Limón (Costa Rica), resaltó que la amenaza de las economías criminales no reconoce fronteras: lo que ocurre en Limón impacta a Cali, Panamá o Ecuador. “Somos una gran vértebra global y por eso debemos unificar esfuerzos. Celebro que Cali lidere con valentía este debate, porque lo que está en juego es la vida misma de las comunidades”, indicó.
Eder insistió en que el camino es la bioeconomía, apostando al ecoturismo y a productos derivados de la biodiversidad como fuentes de riqueza sostenibles. “Tenemos que generar valor de otra manera. Colombia debe mirar modelos exitosos como el de Costa Rica, que convirtió el ecoturismo en motor de desarrollo y conservación”, dijo.
Cali, un referente global
Este panel se consolida como uno de los hitos de la Semana de la Biodiversidad, un espacio que, como lo resaltó Eder, debe trascender el activismo y convertirse en políticas serias con recursos. Cali se posiciona, así como referente internacional en la lucha contra los crímenes ambientales y en la promoción de un modelo de desarrollo basado en la sostenibilidad.
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