¡El Dagma y la deplorable gestión ambiental en Cali!
- Redacción
- 19 ene
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Por Armando Palau Aldana
Abogado - periodista

En 1991 logramos que la Asamblea Constituyente elevara a rango superior los inaplicados preceptos ambientales consagrados en el Código de los Recursos Naturales (1974) y en el Código Sanitario (1979), para ello convocamos el Primer Foro Nacional de Derecho Ambiental en el entonces Orquideorama de Cali en abril de aquel año, mientras deliberada la Comisión Quinta en Bogotá, encargada de los asuntos económicos, sociales, ecológicos, de hacienda y servicios públicos.
Era notoria la falta de dispositivos administrativos para hacer cumplir la normatividad sobre el entorno y sus recursos naturales, y tal la dispersión de las autoridades con dichas funciones y competencias, que al amparo de los preceptos constitucionales se creó a finales de 1993 el Sistema Nacional Ambiental con el Ministerio del Medio Ambiente a la cabeza con sus organismos científicos, las Corporaciones Ambientales Regionales, los Grandes Centros Urbanos y la Política Nacional.
Entonces, en diciembre de 1994 se estableció el Departamento de Gestión del Medio Ambiente de Cali, cuyos 30 años de funcionamiento pasan sin pena ni gloria y no merecieron conmemoración alguna por parte de la actual administración, que brilla por su incompetencia, acolitando un defectuoso y corrupto funcionamiento de una dependencia en la que la coalición de Concejales tiene gruesas cuotas de contratistas (soterradamente también para concejales que no han parte de ella).
Se permite que contratistas de turno, camuflados como funcionarios con chaleco, cachucha y carné, puniblemente impongan comparendos suplantando servidores de planta de la alcaldía. La Subdirectora niega arboricidio y luego con la mayor desfachatez afirma (sin reconocer el noticioso yerro) que se está ejerciendo autoridad ambiental, mediante dudosos procesos sancionatorios, a los que no se tiene acceso público, en contravía del ratificado Tratado de Escazú que ordena publicitarlos.

Aunque algunos sujetos pretenden cobardemente
desprestigiar la estoica labor que durante 34 años de activismo ambientalista venimos ejecutando con notorios logros judiciales, siempre proponemos y sugerimos gestiones alternativas a las autoridades nacionales, regionales y locales, como lo hicimos con el costarricense Director del Dagma, sobre el traslado de la dependencia al espacioso Vivero, el fortalecimiento del Sistema de Gestión Ambiental y el enroque ciudadano, entre otros.
Si el Dagma sigue funcionando sin hacer uso de las líneas de acción del Sigam, que se formularon con los cuantiosos rubros contratados desde el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo a finales del Siglo XX, articulando con los funcionarios de las demás secretarías, no lograra ejecutarse estrategias operativas y cambios significativos que mejoren la deteriorada calidad ambiental territorial con responsabilidad, transparencia, publicidad, coordinación, eficacia, economía y celeridad.
Nuestra Carta Política del 91, propuso fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida y la convivencia en un Estado Social de Derecho, como república unitaria, fundada en la prevalencia del interés general, determinando como fines esenciales, promover la prosperidad general y mantener la integridad territorial, bajo una soberanía exclusiva del pueblo de donde emana el poder público, siendo obligación estatal proteger las riquezas naturales. Es decir, gestión ambiental.
Para garantizar a todas las personas el derecho colectivo a gozar de un ambiente sano, protegiendo estatalmente la diversidad e integridad del ambiente, conservando las áreas de especial importancia ecológica, planificando el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, para garantizar su conservación o restauración, se requiere voluntad política del Alcalde Eder designando funcionarios con experiencia, competencia y formación afín, no improvisadores.
Como dice el tango “Pa' lo que te va a durar” de Barbieri y Flores (1935) que dice: “Estás cachuzo a besos, te han descolao a abrazos, / se te ha arrugao la cara de tanto sonreir. / ¡Si habrás ensuciao puños en mesas de escolaso! / ¡Si habrás gastao alfombras, muchacho bailarín! / ¡Cómo tembló Palermo cuando sacando vales / pelaste la de cuero repleta de tovén! / ¡Cómo tembló Griselda cuando esos carnavales / marcaba ciento veinte tu regia voiturette! / Pa' lo que te va a durar tanta alegría y placer / cuando entrés a recoger eso que vos hoy sembrás, / cuando te des cuenta exacta de que te has gastao la vida / en aprontes y partidas, muchacho, te quiero ver”.
Cali, 19 de enero de 2025.
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