Por: William Vianney Solano
Es vergonzoso y causa pena ajena ver cómo un joven estudiante de tan solo 25 años de edad es descalificado y humillado públicamente por un concejal en un recinto que debería ser el templo de la democracia y la participación ciudadana. El concejal Diego Cardona, en un acto que raya en la falta de respeto y la ética política, se refirió a este joven como "un vago que no estudia y no lee", simplemente porque el estudiante expresó su oposición frente a las pretensiones de la ejecutiva municipal Karol Martínez y la mayoría del concejo de endeudar al municipio en 20 mil millones de pesos y adelantar el proceso de la actualización catastral.
El verdadero "pecado" de este joven fue ejercer su derecho a la participación democrática y expresar una opinión contraria. En lugar de fomentar un diálogo constructivo, el concejal Cardona, de manera despectiva, le dijo al joven "estudie, vago". Este acto de descalificación no solo es moralmente reprobable, sino que también es un claro reflejo de la decadencia ética que permea nuestra política actual.
La situación empeoró cuando el presidente de la corporación, en un acto de complicidad con Cardona, ordenó a la Policía Nacional que retiraran al joven del recinto. Este acto no solo atenta contra la moral pública, sino que también envía un pésimo mensaje a la comunidad juvenil y estudiantil: en lugar de ser bienvenidos y animados a participar en los procesos políticos, los jóvenes son expulsados y silenciados.
Es alarmante y desalentador ver cómo estos llamados "padres de la patria chica" dan un tan mal ejemplo a las nuevas generaciones que desean intervenir en los procesos políticos. Los concejales Diego Cardona y Luis Felipe Cedano han demostrado que su prioridad es más bien mirar cómo endeudar el municipio, en lugar de atender a las preocupaciones de sus ciudadanos. Este comportamiento solo desincentiva la participación ciudadana, que de por sí ya es escasa en las barras del consejo.
Es notable y digno de reconocimiento el acto de gallardía y valentía del concejal Eduardo Barbosa, del pacto histórico, quien fue el único en votar en contra del endeudamiento. Su voto negativo no solo refleja una postura crítica frente a las estructuras politiqueras que buscan ahogar al municipio en deudas, sino que también envía un mensaje de esperanza y resistencia a aquellos que aún creen en una política transparente y responsable.
Las repercusiones de este endeudamiento serán significativas para la ciudadanía. Con una deuda que ya supera los 34 mil millones de pesos, el futuro económico del municipio se encuentra en una situación precaria. Los ciudadanos tendrán que enfrentar las consecuencias de decisiones tomadas por aquellos que, en teoría, deberían estar velando por sus intereses.
En resumen, la actitud de los concejales Cardona y Cedano es un triste recordatorio de la falta de ética y moral en nuestra política actual. Sin embargo, la valentía de Eduardo Barbosa ofrece un rayo de esperanza. Es imperativo que los políticos den el ejemplo correcto y fomenten la participación ciudadana, en lugar de silenciarla y descalificarla. La política debe ser un espacio de debate constructivo y respetuoso, donde todas las voces sean escuchadas y consideradas.
DCerca Periodismo Independiente
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