Llegando ya al final de este vertiginoso mes de abril que ha sometido el mundo a los vaivenes de las decisiones vía decretos presidenciales del presidente Trump –libre de cualquier tipo de control institucional, político, económico y hasta personal, lo que da mucho que pensar sobre el funcionamiento de los pesos y contrapesos norteamericanos– toca volver la mirada hacia los problemas de nuestra democracia local-.
Que tampoco son pequeños, aunque podamos consolarnos pensan