ICA
Sectores políticos cercanos al exalcalde de Cali Jorge Iván Ospina y al exgobernador del Valle del Cauca, Juan Carlos Abadía, se mueven sigilosamente y sin ahorrar esfuerzos en procura de frustrar la elección del concejal de Cambio Radical Edison Lucumi, en la presidencia del cabildo local. Acceder a esta dignidad es clave porque a finales del próximo año se abrirá el proceso para escoger al próximo contralor del municipio.
Concejales veteranos son proclives a la elección de un liberal en la presidencia del cabildo. No olvidar que el oficialismo rojo no apoyó la propuesta del hoy alcalde de la ciudad Alejando Eder, y sus principales líderes perdieron los privilegios con que los distinguió el exalcalde Ospina.
En el pasado no muy lejano los compromisos de las coaliciones no fueron respetados porque aparecieron los señores del maletín y le pusieron precio al voto para escoger al presidente del concejo. Son varios episodios los que se han presentado y con “volteadas” de la noche a la mañana y con traiciones al interior de los propios partidos con candidato acordado para presidir esta corporación.
Hoy políticos profesionales miran con avidez la contratación del municipio para el próximo año. El reperfilamiento de la deuda que hizo Eder deja libres quinientos mil millones de pesos pero también llegarán dos billones de pesos producto de un crédito y cuya autorización al concejo solicitaría la administración al concejo antes de terminar el 2024.
Las contralorías en Colombia se han convertido en un poderoso instrumento para acceder a cuotas de la contratación de los entes territoriales pero al mismo es utilizado para lograr gobernabilidad. "A la elección de contralores también se le mete billete”, dijo un concejal a TU RAZON.
El aire patibulario ronda por el concejo y desde afuera pretenden torcer voluntades. Políticos con pasado oprobioso y afectos al ospinismo apuraron en la última semana su estrategia para conseguir que en noviembre uno de sus amigos sea el nuevo presidente del concejo. Según los acuerdos de la coalición el dos de enero del 2025 debería estar instalado como presidente el contador Edison Lucumi, cuyo partido avaló la inscripción del candidato a la alcaldía Alejandro Eder y ninguna de sus tendencias se deslizó para la otra campaña.
Aparentemente existe una coalición con dieciocho concejales pero la lealtad al gobierno de algunos de ellos sucumbe ante la primera prueba. De los veintiún concejales que tiene Cali solo cinco ayudaron a elegir pero todos son debutantes y carecen de experiencia para enfrentar a políticos de mil batallas.
Desde la torre del CAM se vigilan los movimientos de quienes intentan llevar a un liberal a la presidencia de la citada corporación y al parecer van a jugar con nombramientos en subsecretarias. Es el rumor que corre en la política local. Harían un paquete de dos por uno: Eligen presidente amigo, votan por las facultades para el crédito billonario y consiguen los nombramientos que no han podido conseguir en los primeros nueve meses de esta administración.
ENCONTRON
En la última reunión del bloque de congresistas vallecaucanos se vivió un momento tenso entre el senador de Cambio Radical Carlos Abraham Jiménez, y la gobernadora del Valle del Cauca, Dilián Francisca Toro, al tener criterios opuestos frente a las obras de construcción de la carretera Mulaló-Loboguerrero.
De acuerdo con lo manifestado por algunos asistentes a esa reunión el senador Jiménez, dijo que no firmaba una acta al tribunal de arbitramento que define este conflicto con el concesionario diciendo que los recursos de esa carretera deberían ser llevados a Buenaventura para hacer la profundización del Dragado y habló duro al suponer que la mandataria simpatizaba con la decisión del gobierno nacional de liquidar el contrato con la empresa que ganó la licitación hace varios años y que hoy reclama una adición al contrato de un billón de pesos por equilibrio financiero.
El concesionario después que gana el contrato debió esperar que se aprobara la licencia ambiental y este proceso tardó siete años. Cuando la tiene reclama el equilibrio financiero y pasan otros tres años y el proyecto sigue en suspenso.
Toro y Jiménez lo que desean es que la carretera se haga como sea. Al final fue una anécdota más porque esos dos grandes líderes de la política regional siempre han tenido excelentes relaciones. Al concluir la reunión todo volvió a la normalidad pero en un principio se creyó que habría problemas.
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