
Varios niños y adultos mayores fueron víctimas de un devastador incendio que arrasó con todo a su paso, dejando tras de sí solo cenizas y pérdidas materiales, pero sin extinguir la tristeza ni la esperanza de los afectados. De sus hogares y pertenencias, no quedó nada, salvo la memoria de lo que una vez fueron.
El siniestro ocurrió en el Barrio Alto Nápoles, ubicado en el nororiente de la ciudad, en la Comuna 18. A la zona llegaron rápidamente unidades policiales y equipos de socorro, entre ellos el Cuerpo de Bomberos, quienes trabajaron sin descanso para contener el avance de las llamas y evitar que se extendieran a otros sectores aledaños.
La Policía Nacional desempeñó un papel crucial no solo en el control de la situación, sino también en la solidaridad con los damnificados. Los agentes distribuyeron alimentos, colchones, cobijas, ropa y otros enseres, ofreciendo también un apoyo emocional tan necesario en momentos tan dolorosos.
Por su parte, la Defensa Civil, junto al Cuerpo de Bomberos y la Policía Nacional, colaboraron en diferentes aspectos de la emergencia, garantizando una respuesta coordinada ante la tragedia.

Aunque las autoridades no han reportado víctimas fatales ni heridos graves, varias ambulancias llegaron al lugar, lo que generó preocupación entre los residentes. No obstante, hasta el momento no se han confirmado incidentes relacionados con la salud.
Otro desafío que enfrentan los afectados es la reubicación temporal de las familias damnificadas. Si bien aún no hay soluciones definitivas, se están tomando medidas a corto plazo para proporcionarles un lugar donde puedan resguardarse mientras se gestionan los apoyos necesarios para su recuperación.

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