Esta es una historia de amor y dolor en la que están involucrados el amo y su mascota que hoy se separan por mandato legal.
Durante cincuenta y cuatro años “La ñata”, una Cocodrilo, se convirtió en mascota de quien hoy tiene que dejarla por mandato legal no sin antes contar la historia de ese “romance amistoso”.
Todo comenzó en Palmira, en el año 1.970, el entonces comandante de La Policía regaló el animal que estaba en una caja de cartón, al padre de quien la ha tenido, cuidado, consentido, hasta hacer parte de su familia, con espacio propio gozando de cuidados, alimentación pero, sobre todo mucho amor.
El alimento era con carne de vaca, gallina y, de vez en cuando, comía pescado, pero, lo más importante, nunca propició accidentes con personas u otro tipo de animales porque “aprendió a pedir comida solo cuando la necesitaba.
Como carnívoro que es consumía un promedio entre ocho y diez libras de carne suficientes para permanecer tres semanas sin consumir alimento.
Esta es la otra cara, se trata de la postura de treinta o treinta y cinco huevos, ciclo repetido cada año o año y medio confirmando que se trataba de una hembra. El amo tenía permiso de La CVC para la tenencia del animal como fauna silvestre y entonces le fue otorgado un permiso que luego derogaron pero no fue informado y, en consecuencia hoy no la tiene consigo.
Existe una Ley que prohíbe la tenencia de esas especie pero, a la vez exige buen trato y un espacio que le permita comodidad, sin poner riesgos su vida: “es un animal humanizado, aprendió a pedirla comida.
Es tal la hermandad que está “humanizada y aprendió a pedir la comida” y, para terminar la historia es importante destacar la hermandad entre nosotros y ella, de dejaba tocar, entendía muchas cosas “y nunca hubo problemas con vecinos y las versiones surgidas son especulación”.
De esta manera se desmiente tajantemente al director de la CVC Marco Antonio Suárez Gutiérrez apareció en un vídeo vociferando sobre la irresponsabilidad del ciudadano que acogió a la cocodrilo desconociendo que fue la propia entidad ambiental la que permitió y autorizó su tenencia.
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