Por Miguel Ángel Arango
El exgobernador gobernador del Valle del Cauca, Ubeimar Delgado, y en el pasado uno de los jefes del conservatismo en el departamento dijo que desconoce los directorios regionales y reclamó que estos sean elegidos por voto popular.
A pesar de tal afirmación durante cerca de dos años el movimiento de Delgado tuvo las mayorías en casi todos los directorios y conformados con la misma metodología que los rige hoy. En documento enviado a la prensa ataca a la integrante del directorio nacional del partido, Blanca Cardona, y le atribuye a esa rectora el fracaso en las elecciones del año pasado cuando solo eligieron un concejal en Cali y un diputado y que no pertenecen a su organización política.
El conservatismo vallecaucano está despedazado y sus principales dirigentes y ahora venidos a menos buscan refugio en el partido de la U con el propósito de sostener un mínimo de poder. Hace dos semanas y en un encuentro del Centro Democrático Mauricio Delgado, -sobrino de Ubeimar- denunció ante el expresidente Uribe que en dos oportunidades a su grupo no les han permitido presentar candidatos en las listas uribistas .
Y la crisis conservadora no es nueva ni se le puede atribuir a la U. Para las elecciones legislativas del año 2022 los líderes más representativos del partido azul votaron por candidatos de otras colectividades para la cámara en una malsana conspiración para que el candidato de Ubeimar se quemara. De la misma manera actuaron con sus votaciones para el senado.
En la actualidad el directorio conservador del Valle del Cauca, es presidido por el diputado Mario Germán Fernández de Soto, y sus reuniones ha asistido el jefe del partido senador Efraín Cepeda y en tres semanas presidente del congreso de la república.
La coyuntura actual no será superada y lo más seguro es que en dos años los conservadores de este departamento no presentaran lista para la elección de cámara de representantes y para el senado votaran por foráneos como ha ocurrido en las últimas elecciones.
Hoy los azules no tienen jefes y están dispersos en sectores minoritarios que a través de ligeras cuotas de gobernabilidad se aferran a un pedacito de poder.
LA ENCUESTA
En la última encuesta de Invamer el alcalde de Cali conservó el mismo cuarenta y nueve por ciento que había ganado en la medición de abril y en esa cayó quince puntos con referencia al mes de febrero. Científicos de la parroquia intentan descubrir el origen del desplome de Alejandro Eder, elegido con votación apoteósica en octubre del año pasado.
Se equivocan quienes se aferran al pueril argumento de que Eder es un hombre bien intencionado pero desprovisto de acciones de gobierno. A nadie eligen por sus buenas intenciones. Fue ungido porque representó una esperanza y apareció en la peor crisis de gobierno que ha tenido la ciudad y esta ocurrió en el mandato de Jorge Iván Ospina. Y si los caleños sospechan que las prácticas opacas del médico no se han ido la ira del elector seguirá en ascenso.
A Eder lo apoyó el voto rabioso que pretendió castigar al alcalde que se iba. También se esperaba que desde el primero de enero marcara diferencia con su antecesor pero en determinados episodios esto no ocurrió y su administración en muy breve tiempo cayó en escándalos.
Cuando se cae en una encuesta es muy difícil y casi imposible recuperarse. El mecanismo de las ferias de empleo podría servirle para buscar la reconciliación con sus electores al igual que el avance positivo en los resultados de las estrategias de seguridad ciudadana.
La gran amenaza para el alcalde caleño está representada en sectores de la política que en los últimos cuatro años vivieron una época dorada con los múltiples privilegios con que los honró Ospina. La distribución de la cuota de contratistas se mermó y las otras ayudas con que el exalcalde compró complicidad en la política hoy no existen.
El repunte de la imagen de Alejandro Eder, depende de sus acciones. En la medida que actúe con probidad y cuando se haga realidad lo que prometió en campaña es posible que recupere la confianza ciudadana hoy un poco perdida.
Commentaires