Reporte de primeros quemados y estrés en las mascotas
- Redacción

- hace 3 días
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La celebración de la Alborada en Cali dejó un saldo doloroso para la fauna doméstica y callejera. La campaña “Regreso a Casa” reportó un total de 51 animales afectados por la detonación de pólvora sonora durante la noche, una cifra que, aunque menor en comparación con los 62 casos de 2024, sigue evidenciando el alto impacto de estas prácticas.
El ruido extremo derivó en episodios de pánico, desorientación y estrés que terminaron en múltiples emergencias. Entre los casos más graves se registró la muerte de un perro que, según testigos, habría sido atropellado mientras huía aterrado por las explosiones.
Los reportes detallados fueron los siguientes: 27 animales desorientados, 17 extraviados, 6 episodios de estrés —tres dentro de hogares y tres en la calle— y un perro atropellado que fue encontrado con vida pero presentaba lesiones de consideración. Hasta el cierre de la jornada, la campaña no había logrado confirmar el regreso de ninguno de los animales extraviados, aumentando la incertidumbre y el dolor de sus familias.
Focos de afectación
Los barrios que registraron mayor número de casos fueron Villa del Prado, Terrón Colorado y Meléndez, zonas donde la pólvora sonora suele ser más frecuente durante estas fechas. Allí, organizaciones animalistas acompañaron a residentes en las labores de búsqueda y atención.
“Pedimos a las familias caleñas y en todo el país que sean conscientes del daño que causan por unos minutos de lo que consideran diversión. ¡No más pólvora!”, expresó la campaña Regreso a Casa en un llamado urgente a la responsabilidad ciudadana.
El uso indiscriminado de pólvora afecta gravemente a los animales, cuyo sistema auditivo es mucho más sensible que el de los humanos. El impacto también recae sobre bebés, personas con autismo y adultos mayores, quienes pueden experimentar crisis de ansiedad, desorientación o estrés severo.
Las autoridades y organizaciones defensoras de animales recordaron que existen múltiples maneras de celebrar las festividades sin generar sufrimiento ni poner en riesgo la vida de seres vulnerables. Insistieron en que la ciudad debe avanzar hacia formas de celebración más empáticas, responsables y respetuosas con la vida.








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