Por. William Ivan Mejia Torres
¿Ustedes saben cuánto cuesta un Ferrari? En promedio 2000 millones de pesos, con un billón de pesos puedo comprar 500 y con 30 billones podría comprar 15 mil de estos mismos. Este dato es importante porque así podemos explicar la magnitud del déficit del Fondo de Estabilización de Precios del Combustible – FEPC. Un hueco que este gobierno ha tenido que sortear y aunque nos duele en el bolsillo es necesario resolver.
Los precios de los combustibles son una preocupación constante para las empresas, hogares y gobierno, por la correlación (impacto que genera) frente a la inflación y calidad de vida de las personas. Para disminuir ese impacto, fue creado el Fondo de Estabilización de Precios del Combustible – FEPC. Un mecanismo que permite ahorrar cuando los combustibles internacionalmente están más baratos que dentro del país y protege a los consumidores cuando los precios internacionales están por encima. Sin embargo, después de la pandemia los precios internacionales “están por las nubes” como decía mi abuelita. Por esa razón es que el hueco fiscal del FEPC llegó a crecer hasta los 36.7 billones de pesos. Los combustibles que fueron incluidos en el subsidio fueron la gasolina y el ACPM.
El Gobierno Petro ha tenido que lidiar con un “hueco fiscal” de 30 billones de pesos en el Fondo de Estabilización de Precios del Combustible – FEPC. Para la vigencia 2023 la gasolina experimentó un incremento superior al 40% de su precio a diciembre de 2022, con lo cual, se ubicó en el precio internacional. Con esta medida, más el pago de 7.8 billones, el Gobierno logró reducir el déficit del FEPC a 12.7 billones. Este saldo solo podrá superarse en los próximos 3 años, otra dificultad que se suma, es el déficit frente al recaudo de impuestos, lo que forzó el recorte presupuestal de 20 Billones de pesos, que impactó en 13.9 billones de pesos la inversión para la vigencia 2024.
En esas circunstancias, el Ministro Bonilla debió expedir el Decreto 763 de 2024 que entrará a regir en la segunda semana del mes de agosto, a partir de la cual, los grandes consumidores deberán pagar el precio internacional del ACPM, es decir, un incremento superior a los 5.000 pesos por galón para las cementeras, mineras y petroleras. Con lo que esperan reducir en el mediano plazo el déficit del FEPC en aproximadamente 5 billones de pesos. Esta medida, lejos de ser desesperada, responde en efecto a los criterios de focalización y maximización de las escuelas ortodoxas de la economía. Una reflexión que se hizo tardíamente, pero como dijo también la abuela: “más vale tarde que nunca”. En síntesis, volvemos a la premisa. La racionalidad económica no tiene colores políticos, sencillamente es una forma lógica y responsable de administrar, que no siempre será popular o aceptada, pero no por ello, inadecuada o innecesaria.
Por último, el congreso aprobó incrementar el cupo de endeudamiento en 17 billones de pesos, pasando de 70 a 87 billones. Sin embargo, no estableció la destinación específica de esos recursos y creó una comisión que apruebe las propuestas que presente el gobierno. Un riesgo que merece un análisis más detallado en mi próxima columna.
William Ivan Mejia Torres : Abogado – economista, PhD(c) en Derecho, Magister en Derecho Económico. Docente Universitario y consultor.
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