top of page

Murió “Escobita”, tras nueve días de haber

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 25 nov
  • 2 Min. de lectura

Por: William Loaiza Amador/ Periodista

ree

Rafael Gutiérrez, conocido popularmente como “Escobita”, falleció tras permanecer nueve días en estado crítico luego de recibir múltiples disparos en un aparente ataque sicarial ocurrido el 15 de noviembre en la estación de servicio Zona T, ubicada en la doble calzada Buga–Tuluá, en el sector de Paloblanco.

Gutiérrez, quien conducía un motocarro, se encontraba abasteciendo el vehículo cuando fue sorprendido por hombres armados que le dispararon a quemarropa antes de huir del lugar. Fue trasladado de inmediato al Hospital San José, donde permaneció internado en la unidad de cuidados intensivos. Pese a los esfuerzos médicos por estabilizarlo, su estado nunca logró mejorar y su muerte fue confirmada el 24 de noviembre.

El crimen ha reavivado las alarmas sobre la situación de seguridad en Buga, una ciudad históricamente reconocida por su tranquilidad, pero que hoy enfrenta un deterioro sostenido del orden público. Con este caso, la ciudad acumula 63 muertes violentas en lo corrido del año, un número que, según autoridades locales, refleja un repunte significativo de la criminalidad y una preocupante consolidación de estructuras delictivas en el corredor que conecta a Buenaventura con el interior del país.

A este episodio se suma la expectativa por el dictamen forense de un cuerpo hallado calcinado en la zona rural de La Ventura, un hecho que podría elevar aún más las cifras de homicidios si se comprueba que se trata de otro asesinato relacionado con disputas criminales.

Las autoridades municipales y departamentales han reiterado que continúan trabajando para esclarecer ambos hechos. Investigadores judiciales analizan cámaras de seguridad, posibles móviles y vínculos con organizaciones criminales que operan en la región. Paralelamente, líderes sociales y comunitarios insisten en la necesidad de reforzar la presencia policial, mejorar las estrategias de prevención del delito y atender las profundas causas sociales que alimentan la violencia.

El asesinato de Gutiérrez —un ciudadano conocido por muchos en su comunidad— se convierte así en un símbolo más de la compleja crisis de seguridad que atraviesa la Ciudad Señora, dejando a sus habitantes con una sensación creciente de vulnerabilidad y una urgente demanda de respuestas efectivas por parte del Estado.

Comentarios


Suscribase a La Razón de Cali

  • White Facebook Icon
bottom of page