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La Secretaría de Infraestructura de Cali: Un viejo problema con nuevos espectadores


El reciente informe del Contralor Municipal sobre las irregularidades en la Secretaría de Infraestructura de Cali ha generado revuelo mediático, pero para muchos conocedores de la situación, esto incluye ex-secretarios, ex-subsecretarios, ex-asesores entre otros, estas revelaciones son apenas la punta del iceberg de un problema endémico y de larga data.

La investigación de la Contraloría ha puesto sobre la mesa una serie de irregularidades alarmantes: desde el manejo poco claro del combustible hasta el pago de seguros para equipos fantasmas o inoperantes. Estas denuncias, que en cualquier otra circunstancia serían consideradas como un descubrimiento trascendental, son recibidas por muchos caleños con un suspiro de "ya era hora". El contralor, en su afán por exponer estas irregularidades, parece estar "descubriendo el agua tibia". 

La triste realidad es que los problemas en esta secretaría son un secreto a voces desde hace años. Cada nueva administración llega con promesas de cambio y denuncias grandilocuentes, pero al final del día, la inercia burocrática y la aparente falta de voluntad política terminan perpetuando el statu quo.

La respuesta de la actual secretaria, Luz Adriana Vásquez, ante estas graves acusaciones es, por decir lo menos, desesperanzadora. Lejos de mostrar indignación o un compromiso firme con el cambio, su reacción parece ser de indiferencia, escudándose en que el alcalde ya había denunciado estas irregularidades. Sin embargo, la pregunta que queda en el aire es: ¿qué medidas concretas se han tomado para abordar y corregir estos problemas?

Es imperativo que el alcalde tome "el toro por los cachos" y implemente cambios radicales en esta dependencia. No basta con denunciar; se requieren acciones contundentes para erradicar la corrupción y establecer mecanismos de control efectivos. La ciudad necesita desesperadamente una Secretaría de Infraestructura funcional que pueda abordar los problemas críticos de la malla vial.

La ironía de la situación no escapa a nadie: mientras la secretaría se hunde en sus problemas internos, figuras como el "tapahuecos" Merchán ganan notoriedad por hacer el trabajo que la entidad oficial no logra realizar. Este contraste pone en evidencia la ineficacia de un sistema que consume o dilapida recursos públicos sin ofrecer resultados tangibles.

Es hora de que la administración municipal deje de "meter la cabeza en un hoyo como las avestruces" y enfrente de una vez por todas los problemas estructurales de la Secretaría de Infraestructura. Los caleños merecen más que promesas vacías y denuncias reiteradas; merecen acción, transparencia y resultados concretos.

El informe del contralor, aunque tardío además de quedarse corto, debe ser el catalizador para un cambio real. De lo contrario, nos encontraremos en unos años con otro funcionario "descubriendo" los mismos problemas, mientras las calles de Cali siguen deteriorándose y la confianza ciudadana en sus instituciones se erosiona aún más.

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