Miguel Ángel Arango
Si le preocupa el revés en las encuestas el alcalde de Cali, Alejandro Eder, debería proceder de inmediato a fortalecer su sistema de comunicaciones y a prescindir de funcionarios foráneos nombrados no por sus competencias sino por la estrecha amistad que sostienen con el nominador.
Las encuestas y la carencia de soluciones a problemas inveterados de la ciudad que seguirán minando la imagen del alcalde y la desconfianza ciudadana podría ser tan grande como la de su antecesor. Los problemas sensibles como inseguridad, movilidad y transporte público persisten y no se vislumbra la menor posibilidad de ser solucionados.
El castigo que recibe Eder de convertirse en el alcalde de Colombia con la más alta descalificación por parte de sus gobernados es una voz de alerta que debe ser conjurada de inmediato. El mandatario de manera recurrente manifiesta a la clase partidista que él es político y que desea abrirse camino para convertirse en presidente de la república en las elecciones del 2030. Está en todo su derecho de aspirar y su sueño es válido en nuestra democracia. Pero con la pobre imagen que hoy tiene no llegará a precandidato.
La alcaldía tiene un chat en su plataforma de comunicaciones para surtir de información a los periodistas locales pero su funcionamiento es más que precario. No llega al diez por ciento de la información que era atendida durante la administración de Ospina y si observamos la misma dependencia de la gobernación del Valle del Cauca la diferencia es preocupante.
Lo triste es que vender a Alejandro Eder, no es difícil. Su calidez, su manera como interactúa con la gente son fortalezas que pocos gobernantes tienen pero son atributos que de no ser aprovechados por sus comunicadores es como si no existieran.
A las debilidades en comunicaciones hay que sumarle la falta de liderazgo de algunos funcionarios. Hoy el grueso de los caleños ignora el nombre del presidente de Metrocali, ente gestor del Mío. Los usuarios descalifican el servicio y asumen que todo sigue igual. El secretario de movilidad es comunicador social pero se esconde ante la prensa. Estas son dos dependencias constituyen parte de la caída de la imagen del alcalde y en caso de no llegar la corrección de inmediato la imagen del alcalde continuará en descenso.
El papel de youtuber del alcalde tampoco es que le sume mucho. Es farandulero en su actuar y no tiene fortaleza a la hora de informar. Mejorar debería ser responsabilidad de los ignotos funcionarios que tienen esa misión.
Es complejo superar un bajo registro en las encuestas. Eder tiene un enemigo brutal que es su ex rival en campaña y hoy concejal Roberto Ortiz. El “chontico” acabó con la buena imagen de Maurice Armitage y afectó a Jorge Iván Ospina. El cabildante en distintos momentos ha señalado la administración de Eder de incurrir en actos de corrupción y si le dan “papaya” lo va a moler porque la caleñidad eligió a Eder en una sana protesta contra los abusos en el manejo de los dineros públicos que se presentaron en los últimos cuatro años. Ortiz está en campaña para su cuarta candidatura y su estrategia como las de antes es denostar de la alcaldía caleña.
¿QUIENES SE VAN?
Las secretarías operativas son claves en la consolidación de la buena imagen de un alcalde. Tienen esa característica salud, seguridad ciudadana, infraestructura, movilidad, vivienda, bienestar social, participación ciudadana y educación. Estos cargos son ocupados por amigos de Eder y no distinguidos como cuotas políticas.
Pero también son operativas posiciones como las empresas municipales, Dagma y Metrocali. Sobre la primera concejales y trabajadores advierten que el instituto lleva ocho meses de parálisis y no se descarta cambio en la gerencia ahora o antes de terminar el año.
La tecnocracia en extremo que impuso Eder hoy está derrotada. Admitir que se equivocó es sano. Corregir también.
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