Tanta alharaca que armaron dos dirigentes del Centro Democrático por el triunfo en la
primera vuelta francesa de la extrema derecha de ese país y hoy podemos corroborar que se trató de un triunfo pírrico. La expresión se refiere a una victoria que inflige daños o pérdidas tan devastadores al vencedor que equivale a una derrota, anulando así cualquier sensación de logro o perjudicando el progreso a largo plazo. El nombre proviene de Pirro, rey de Epiro, quien logró una victoria sobre los romanos con el costo de miles de sus hombres. Se dice que Pirro, al contemplar el resultado de la batalla de Ásculo, dijo: «Con otra victoria como esta estoy perdido». (Ver Wikipedia). En Europa Ursula von der Leyen se dedicó en las últimas semanas a un objetivo: ganarse la confianza de la Eurocámara para obtener un segundo mandato como presidenta de la Comisión Europea. Los votos por bloques y no por partidos eran una ventaja para su reelección.
Von der Leyen ofreció un escudo para la democracia y pidió comprometerse para evitar que la extrema derecha ocupe posiciones de poder en los órganos de la Unión Europea. Finalmente obtuvo 401 votos garantizando la mayoría para seguir durante cinco años más. Es un ejemplo de la tenacidad que debe mostrar un dirigente que se propone continuar con sus políticas y otras adicionales, pero teniendo como base que las derechas no deben avanzar en política porque retrasan el progreso social, impiden acuerdos sobre la inmigración y arriesgan la paz de las naciones en los modernos procesos de integración regional. Si alguien sabe de guerras son los europeos que perdieron en la primera más de 15 millones de personas y en la segunda más de 70 millones entre militares y civiles.
Después los europeos crearon el estado de bienestar que era una forma de proveer equidad a los ciudadanos para satisfacer las necesidades básicas, promover la igualdad de oportunidades y la distribución equitativa de la riqueza. Así surge el concepto de Estado benefactor que defiende los derechos sociales de todos los ciudadanos. A comienzos del siglo XX tras grandes crisis y guerras, especialmente, luego de la Segunda Guerra Mundial (en 1945), logró consolidarse la ideología del Estado de bienestar. También se lo conoció como Estado de providencia, Estado protector o Estado social. (Fuente: enciclopedia de humanidades)
Si bien textos constitucionales como el de Colombia ordenan que “el Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva, (Art13) adoptando medidas en favor de grupos discriminados o marginados,” las élites del país no han dejado concretar esa política, en cambio han dedicado los recursos públicos a generar empresas privadas, a construir carreteras y fortalecer los bancos como herramientas de presión hacia los menos favorecidos por la fortuna. Estamos pues viendo modelos que funcionan, pero hay que acabar con el egoísmo de la derecha y con el poder de los clanes regionales, para poder alcanzar el desarrollo que merecemos.
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