Por Miguel Ángel Arango
Las marchas de colombianos descontentos del pasado domingo fueron tumultuosas y se sintió el enérgico rechazo de miles de colombianos a decisiones que ha tomado el gobierno del presidente Petro. Lo llamativo de la protesta fue que no tuvo un matiz partidista y su convocatoria y gran participación obedece a la desesperanza de millones de connacionales.
Pero no se ha ganado. Alegremente algunos políticos dijeron que esa respuesta del pasado 21 de abril es una premonición de desgracia para la izquierda en su propósito de conservar la presidencia de la república y al menos asegurar lo que se tiene en las cámaras legislativas.
Si lo vemos de otra manera el reproche del pueblo al liderazgo de Petro lo que puede propiciar es el atrincheramiento del jefe de estado quien en distintos momentos ha manifestado su interés para que se perpetué su modelo de gobierno. Esa campanazo de alerta seguro va a envalentonar al presidente en su determinación de convocar a una asamblea constituyente sin necesidad de la aprobación del proyecto de referendo y sin consultar al elector.
Aún quedan dos años largos de gobierno y si el gobernante cuenta con la connivencia de algunos legisladores van a salir las trampas sociales o engañabobos para lograr su cometido con la constituyente y con la conformación amañada que él pretende. Las gabelas que traen las reformas pensional y laboral cree ilusión a miles de compatriotas que no tienen nada que perder pero si mucho que ganar.
El 4 de febrero del año 2008 se hizo la multitudinaria marcha de No Más Farc y catorce años después el país sigue acorralado por los mismos grupos guerrilleros llamadas disidencias que estos construyeron en su desespero económico por mantener la hegemonía en la producción y comercialización de drogas ilícitas.
Uribe que de alguna manera estimuló esa marcha del 2008 no logró su objetivo de perpetuarse en la presidencia de la república como era su deseo y al que se opuso la corte constitucional. No hemos ganado y de pronto hoy estamos tan asustados como el domingo.
MORALES
El abogado Hernando Morales Plaza, dijo que renunció a los poderes de clientes que lo facultaron para que los representara ante el tribunal contencioso administrativo del Valle del Cauca.
El hombre de leyes hace menos de dos meses hizo denuncias sobre casos de corrupción en ese organismo y acusó al magistrado Oscar Valero, de incurrir en prácticas al margen de la ley.
Morales considera que no hay garantías para ejercer el derecho en ese tribunal y opta por marginarse de sus procesos.
Al mismo tiempo el abogado arreció sus críticas contra el departamento jurídico de la alcaldía de Cali, que dirige la abogada Ximena Román, de quien ha dicho que es cercana al magistrado Valero y según sus repetidas afirmaciones sin causa justificada ha suspendido indefinidamente las obras de construcción de un hotel y un centro comercial en las instalaciones del antiguo colegio La Sagrada Familia, en el barrio El Peñón.
REINA
Con mucho carácter y gran compromiso asumió la abogada Diana Reina Cardona, la gerencia del Centro de Diagnóstico Automotor del Valle del Cauca y de inmediato alertó que hay más de noventa mil ciudadanos que no han renovado la licencia de conducción.
Esa entidad tiene composición accionaria de Cali, el departamento y la nación. Ese centro es piloto en todo el país y pesar de la profusa competencia en los sitios de revisión técnica mecánica ha logrado sobrevivir con éxito y seguramente con la labor de Diana Reina seguirá en crecimiento.
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