Por Miguel Ángel Arango
La estruendosa caída del alcalde de Cali, Alejandro Eder, en la encuesta de Invamer no sorprendió a periodistas, ni a políticos ni a la burocracia.
La caída de la popularidad del mandatario se siente por todos lados y no es responsabilidad de Jorge Iván Ospina. Es consecuencia de su inocultable inexperiencia y de los desaciertos en que incurrió desde el día de su posesión.
La imagen favorable de Eder hoy es del 49 por ciento, es decir bajó quince puntos en comparación con la medición de febrero cuanto registró 64 por ciento. Pero también es decepcionante el incremento de su desaprobación. En febrero tenía 21 por ciento y ahora marca 34 por ciento.
Entre los alcaldes de las seis ciudades capitales más importantes del país Eder es el último. Por encima suyo están los alcaldes de Bogotá, Medellín, Barranquilla, Bucaramanga y Cartagena .Y el alcalde caleño entró a suceder a su antecesor con imagen negativa muy alta lo que hizo presumir que cualquiera podría estar mejor calificado que Ospina.
Las causas del rechazo ciudadanos son múltiples. Pero la más condenada es la conformación de su gobierno con un ochenta por ciento de funcionarios provenientes de otras regiones y especialmente de Bogotá. Funcionarios que no brillan por sus ejecutorias sino por los malos tratos hacia los subalternos. Son déspotas, el alcalde lo sabe y guarda silencio. El siempre calla cuando hay malas noticias en su entorno. Por eso no dijo nada cuando denunciaron a un violador que tenía a su lado y guardó silencio y también calló cuando el secretario de gobierno firmó un contrato por cerca de ocho mil millones de pesos sin licitación.
Cali no tiene un líder. Eder no es un líder y eso lo saben sus asesores y miembros de su primer equipo. Por eso no se enteró que Cali no está quebrada y que en caja el municipio tenía más de medio billón de pesos.
La inseguridad sigue creciendo a pesar del leve descenso de los homicidios. Los atracos callejeros y los hurtos al pequeño comercio están desbordados. El transporte público es precario y la gente se queja tanto como en las administraciones pasadas. No hemos cambiado. La incultura ciudadana se reafirma cada minuto y la crisis de la movilidad ya es un problema recurrente y hasta hoy insoluble. No hemos revivido ni vamos a revivir.
CRISIS
Luego de conocerse el revés del alcalde de Cali, en la encuesta de Invamer el concejal Roberto Ortiz, dijo que Eder está obligado a recomponer su gabinete y nombrar caleños en su equipo.
“Se viene un momento complejo con la discusión del proyecto del plan de desarrollo en el concejo y el alcalde debe estar acompañado por funcionarios que conozcan la ciudad. También tiene que suspender sus permanentes viajes y su presencia en foros inocuos “, afirmó del cabildante.
Ortiz lamentó atrasos en la política social de esta ciudad y criticó que haya tardado tres meses para viabilizar los comedores comunitarios.” La encuesta debe ser un campanazo de alerta porque si no corrige con el equipo que tiene la decepción ciudadana seguirá creciendo“ dijo Roberto Ortiz y luego subrayó “si yo hubiera sido elegido alcalde todo mi gabinete sería caleño. Tenemos profesionales bien formados con estudios superiores y con gran experiencia en lo público”.
El concejal también lamentó el incremento en hurtos, la creciente incultura ciudadana y la persistencia de problemas con el Mío y el transporte público.
Ortiz también cuestionó que el alcalde Eder haya autorizado firmar un contrato a través de un convenio interadministrativo con una entidad no vallecaucana y contradiciendo su postura de campaña cuando dijo que iba a privilegiar las licitaciones.
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