EL FRACASO DEL PRIMER TIEMPO
- Redacción
- 27 feb
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A principios del año pasado y cuando se conoció la composición del gabinete del alcalde de Cali, Alejandro Eder, pregunté a un congresista sobre el desconocimiento de la clase política en el naciente gobierno y me respondió que se trataba de dos tiempos el primero que arrancaba y el segundo sería totalmente distinto al anterior.
Sin lugar a dudas el error más grande del alcalde fue la escogencia de su equipo, el desconocimiento a la gente que se ha forjado en la ciudad con experiencia en lo público y con conocimiento de la problemática local y de cada uno de los rincones de la sucursal del cielo le va a pesar. La ausencia del tacto político y el mismo desconocimiento de la idiosincrasia caleña llevaron al error al alcalde. No olvidar que nació en Estados Unidos y que gran parte de su vida ha estado ausente de esta capital.
Por su exagerada bondad nombró déspotas en su gobierno. Auténticos patanes que los escogió por ser sus amigos y no por éxitos laborales alcanzados. Los mismos que hoy le dan patadas al código penal y que juegan con los dineros públicos en detrimento de una ciudad empobrecida pero llenando sus bolsillos.
En estos catorce meses se han presentado actos dudosos en la administración y lamentablemente se ha generado ruido que de alguna manera va a impactar de manera negativa la imagen del alcalde como ya lo evidencia múltiples encuestas. Lo que pasó con la adjudicación escandalosa de una licitación en Metro Cali por más de ciento treinta y dos mil millones de pesos es injustificable no hay argumentos válidos para ese proceder. Después de las denuncias y reproches del contralor y personero quienes participaron en ese ilícito debieron ser destituidos pero el alcalde hasta el momento guarda un silencio permisivo frente a esa podredumbre.
Ojalá que el segundo tiempo de Eder sea ahora. Cali está agitada por la negligencia en la secretaria de educación para contratar el transporte escolar de niños pobres pero para salir de su inoperancia acudieron a la urgencia manifiesta y se metieron en tremendo lio. Los bloqueos de madres de familia reclamando ese servicio conmovieron al resto de la ciudad con afectación de la fe en el alcalde
Atrás y para el olvido debería quedar el primer tiempo de Eder. Con los masivos nombramientos de ciudadanos bogotanos privó de la posibilidad de empleo a miles de jóvenes con experiencia en lo público y con la sensibilidad social que es precaria entre los foráneos que trajo. La nómina de contratistas también tiene gente de otras partes y los nuestros siguen cesantes. Lo mismo ha pasado con las pequeñas y grandes empresas a las cuales vetan los bogotanos para hacer sus negocios con amigos de otras regiones.
El segundo tiempo debe ser depuración. Apartar a quienes ya la opinión pública identifica como sospechosos corruptos porque esta administración camina raudamente al desprestigio si es que el alcalde no recompone su andar.
Eder tiene muchas papas calientes que ya comienzan a explotar. Este viernes comienza un nuevo periodo de sesiones ordinarias en el concejo distrital y por sus mensajes en redes sociales ya imaginamos la intensidad y vehemencia de discursos en plenarias y comisiones. El peor momento del alcalde es el de hoy pero al parecer no se ha dado cuenta.
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