El caso dramático del León Júpiter, es otra muestra más de la inoperancia del DAGMA como autoridad ambiental. El refugio de Villa Lorena, era un ejemplo a nivel mundial del rescate y cuidado de fauna salvaje maltratada por el hombre. Allí se hospedaban leones, tigres, pumas, flamencos, monos, papagayos, tortugas gigantes, hasta una jirafa se podía apreciar en el terreno adecuado por la profesora Ana Julia Torres. En varias ocasiones, Villa Lorena, recibió condecoraciones en otros países por su altruista labor. Doña Ana Julia, nunca recibió un centavo del DAGMA por su invaluable trabajo y ella se conformaba con el hecho de que le dejaran tener su refugio para proteger a 274 animales que por sus condiciones de maltrato no podían regresar a su hábitat natural. Muchos de ellos perdieron en los circos sus dientes, tenían patas amputadas, eran ciegos y otros sufrieron de traumas indescriptibles como los de un mono que era violado por un depravado. La manutención del refugio corría por donaciones pero muy en especial del trabajo como profesora y propietaria de un colegio en el barrio Floralia de parte de Ana Julia. En el gobierno de Armitage empezó la persecución. Con el disfraz de que ese refugio no era el adecuado para albergar animales de la fauna salvaje, el DAGMA, la autoridad ambiental, conminó a doña Ana Julia para que les entregara los animales. El trasfondo de todo el asunto era que el alcalde Armitage necesitaba el terreno de Villa Lorena para el Plan Jarillón. Eso del cuento de proteger los animales no era más que eso, un cuento. Doña Ana Julia, amenazó con amarrarse de las vallas de su refugio, la gente la acompañó en marchas, pero la orden era por todo lo alto y necesitaban que los animales desaparecieran. El DAGMA entonces engañó a la profesora diciéndole que los animales a quienes ella consideraba como sus hijos, estarían mejor. Que tendrían cuidados y sus vidas serían como si estuvieran en el paraíso. Con esa promesa y cansada de luchar, ella cedió y empezó el traslado de tigres, pumas, el hermoso león Júpiter, las aves, reptiles, etc. Poco a poco las noticias fueron desagradables. Los dos pumas murieron en cautiverio electrocutados y la suerte de los "hijos" de Ana Julia, era triste. Al león lo confinaron en Montería, en un zoológico de cuarta categoría, donde ni siquiera hay veterinario. El animal empezó a enfermar y el corazón de madre de Ana Julia empezó a decirle que Júpiter estaba grave. El panorama que encontró luego de hallar al felino agonizando era desolador. Las imágenes que nos llegaron muestran al león tirado en el suelo y a Ana Julia, acostada al lado de él destrozada porque nunca debió confiar en los funcionarios del DAGMA porque como lo dijimos en el titular de esta nota: “Si no son capaces de cuidar un árbol, mucho menos de proteger a un animal”. No se le olvida a los caleños que la imponente Ceiba situada al lado del Parque del Gato, se cayó y el diagnóstico del DAGMA fue que por vieja. Ahora están diciendo que Júpiter ya está viejo y por eso está enfermo. Ojalá se salve Júpiter Ana Julia se fue para Montería con un veterinario y pudo comprobar que el estado de salud de Júpiter es crítico. No comía, no tomaba agua y no se podía parar. Sus fuerzas se agotaron. El médico le ordenó exámenes, le aplicaron sueros y ahora con el apoyo del concejal independiente Roberto Ortiz, se gestiona el traslado vía aérea para que con los cuidados de doña Ana Julia, se pueda recuperar.
Luego del ofrecimiento del concejal, las presiones ciudadanas en las redes sociales, el DAGMA recapacitó y con el apoyo de la Fuerza Aérea consiguió el traslado en avión del colosal animal, cuyo drama conmovió no solo a Colombia, sino a varios países, donde aún no salen del asombro de la ineptitud de las autoridades ambientales. Ojalá el alcalde Jorge Iván Ospina, quien no tiene velas en este entierro investigue y si es del caso destituya a los indolentes funcionarios que por desocupar un pedazo de tierra mandaron a la muerte a cientos de inocentes animales.
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