Educación y Sostenibilidad Urbana
- Redacción

- 25 nov
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Una transformación ecológica profunda —aunque discreta— se abre paso en Cali y empieza a moldear la manera en que se habitan los barrios de la ciudad. Las Rutas Pedagógicas Ambientales han convertido zonas como Calima, Siloé y Altos de Santa Elena en verdaderas “aulas vivas”, donde estudiantes, familias y organizaciones comunitarias aprenden a entender y reconstruir su entorno desde una visión ambiental y colectiva.
El corazón de este proceso se encuentra en la Comuna 3. Allí, el Bosque Urbano Parque del Acueducto se ha convertido en un laboratorio de aprendizaje para los barrios San Antonio y San Cayetano. Cinco instituciones educativas públicas —entre ellas la Ecoescuela Carlos Alberto Sardi— han integrado la sostenibilidad en su propuesta pedagógica, beneficiando a más de 330 estudiantes que hoy practican la ecología desde su propio territorio.
Un referente internacional durante la COP16
El impacto de estas rutas llegó al escenario global durante la reciente COP16. Más de cien delegados internacionales recorrieron las estaciones de la Ruta Pedagógica y fueron recibidos por los propios estudiantes de la Ecoescuela Sardi.
La institución se presentó como un ejemplo de innovación verde: sus patios, abundantemente vegetados; el compostaje de los residuos orgánicos; el aprovechamiento del agua lluvia; y, especialmente, los paneles solares que abastecen el 100% de su consumo energético. Este conjunto de prácticas ha convertido a la Ecoescuela en un punto de referencia no solo para el Ecobarrio San Antonio, sino para toda la ciudad.
El recorrido incluye otros espacios comunitarios como la Casa de las Burbujas, el Bosque Comestible y la Colina del Higuerón, donde cada sábado el Mercado Agroecológico de San Antonio fortalece la economía local y promueve hábitos de consumo responsable.
Una invitación a reaprender la ciudad
Estas iniciativas, impulsadas por colectivos ciudadanos y organizaciones ambientales, evidencian que Cali cuenta con las capacidades y el talento comunitario para avanzar hacia un modelo educativo ambiental de gran escala.
Las Rutas Pedagógicas Ambientales son, en esencia, un llamado a reconocer el territorio como un sistema vivo que requiere cuidado, protección y restauración. “Transformar la visión sobre la naturaleza es, en el fondo, transformar nuestra manera de habitar el mundo”, concluye el informe, subrayando el sentido de pertenencia y la conciencia ecológica que empieza a arraigar en la capital del Valle.








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