Por Miguel Ángel Arango
Alejandro Eder, para su elección como alcalde de Cali solo contó con el apoyo de seis de los veintiún cabildantes que tienen esta corporación. Daniella Plaza, Édison Giraldo, Juan Felipe Murgueitio, Andrés Escobar, Édison Lucumí y Carlos Patiño, acompañaron al hoy mandatario. Significa lo anterior que el alcalde arranca su periodo con diecisiete concejales que no hicieron parte de su proceso político.
Hoy al final del primer año de su periodo constitucional se puede decir que Eder tiene gobernanza en el concejo caleño. En los momentos más apremiantes el mandatario ha contado con el respaldo de diecisiete miembros del cabildo local. Así se observó en la plenaria clave para decidir la aprobación del proyecto de acuerdo que le concedió facultades para contratar un cupo crédito con la banca por 3.5 billones de pesos y en donde solo cuatro votos fueron negativos. El tema era de mucha intensidad por las implicaciones de una deuda tan alta y era un espacio oportuno para la confrontación con el ejecutivo. Sin despeinarse, Eder salió airoso.
En la medida en que vaya pasando el tiempo y mientras se consolida la mecánica política propia de la relación concejo y administración el alcalde se irá fortaleciendo. El verdadero alcance del compromiso para ganar el apoyo solo se conocería en enero cuando al parecer se presentarían cambios en el gabinete pero también en cargos de segundo y tercer nivel y en estos últimos estaría la participación de los nuevos amigos.
Entre los aliados del alcalde se suele escuchar el término “el segundo tiempo” del gobierno y es aquí en donde los que acompañaron electoralmente a Eder se ilusionan. Esa segunda parte podría facilitar la llegada de funcionarios experimentados y nativos de la ciudad para corregir errores que deja la acentuada presencia de empleados de otros departamentos de Colombia.
Por las circunstancias propias de la campaña, por sus temores a las costumbres políticas no era fácil propiciar un entendimiento entre el nuevo alcalde y las mayorías del concejo. Pero hoy la relación es más que extraordinaria y esto se evidenció en los discursos de aprobación del acuerdo del crédito en donde algunos cabildantes se emocionaron tanto que solo faltó que estiraran la lengua como una alfombra para que Eder la pisara y no se ensuciara los zapatos.
Doce meses después de asumir como alcalde de Cali, Alejandro Eder, tiene el control de las mayorías en el concejo. Lo mismo hicieron sus antecesores Ospina, Armitage y Guerrero. Para generar ese tipo de relaciones y muy sólidas los alcaldes deben ganarse la confianza de la junta directiva de la ciudad. Al final del 2024 un buen aprendiz de policía lo logró.
CAMBIOS
Hace pocas semanas el alcalde dijo que no haría cambios en su equipo. Pero la política y la lengua son dinámicas. Lo que hoy es mañana no es. La baja ejecución presupuestal en algunas secretarías va a marcar la salida de algunos funcionarios. También están en “capilla” quienes cometieron errores protuberantes y de paso hicieron equivocar al alcalde.
Dentro de los cambios del nuevo año podría aparecer cambio de postura de concejales frente al gobierno para dar cumplimiento al estatuto de oposición. Hoy la bancada de la coalición del Pacto Histórico actúa como independiente pero no por la agudeza de sus pronunciamientos no se descarta que las concejalas Ana Erazo y María del Carmen Londoño, se declaren en oposición.
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