Por Carlos Arturo Oviedo
Asesor Editorial Tu Razón del Valle
La analogía bíblica de la sal de la tierra, empleada por Cristo al referirse a sus apóstoles, adquiere una connotación particular en el contexto político de Cali, donde la corrupción ha permeado las estructuras de gobierno y ha minado la confianza de los ciudadanos en sus líderes.
Cuando los ciudadanos de Cali depositaron su confianza en el alcalde Eder, lo hicieron con la esperanza de presenciar un cambio significativo en la política local. Sin embargo, en lugar de ver una renovación en las prácticas políticas, los caleños nos hemos enfrentado a una desilusión marcada por un aumento en las prácticas que ponen en duda la transparencia en la administración pública.
El apoyo a Eder se fundamentó en la creencia de que sería un líder comprometido con los menos privilegiados y capaz de desafiar las malas prácticas políticas. Lamentablemente, la realidad ha sido decepcionante. En lugar de combatir la corrupción, esta se ha perpetuado y exacerbado, generando preocupaciones y desconfianza entre los ciudadanos acerca del futuro de la ciudad.
El informe presentado por "Mi Cali Contrata Bien" arroja luz sobre esta situación preocupante, destacando la necesidad de un escrutinio más detallado de los procesos de contratación y una mayor rendición de cuentas por parte de las autoridades municipales. La transparencia en la contratación pública es fundamental para garantizar la confianza de los ciudadanos en sus líderes y en la eficacia de la administración pública.
El hecho de que este aumento en la contratación pública haya sido objeto de atención por parte de diversos medios de comunicación y de organizaciones de control ciudadano demuestra la importancia de mantener una vigilancia constante sobre el uso de los recursos públicos y la gestión de los funcionarios electos. Los ciudadanos tienen derecho a exigir transparencia y responsabilidad en la gestión de los asuntos públicos, y es responsabilidad de las autoridades municipales garantizar que se cumplan estos principios.
El reciente incremento en la contratación pública ha generado alarma entre la población, ya que parece superar considerablemente las cifras comparadas con la administración anterior la cual de por sí ya genera preocupación. Este fenómeno plantea serias dudas sobre la integridad de la gestión del alcalde y su compromiso con la transparencia.
Es necesario que el alcalde Eder reconozca la gravedad de la situación y tome medidas concretas para restaurar la confianza en su administración. Esto incluye buscar asesoramiento y apoyo para garantizar una gestión más transparente y ética. Los ciudadanos de Cali merecen un liderazgo honesto y respetuoso, comprometido con el bienestar de todos, y es responsabilidad del alcalde cumplir con esas expectativas.
Es clave que la ciudadanía no pierda la fe en el proceso político y continúe exigiendo la integridad y la decencia en la gestión pública. Solo a través del escrutinio constante y la participación activa de los ciudadanos, Cali podrá recuperar su rumbo hacia un futuro más justo y próspero.
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