Como si se tratara de un escenario de guerra, las 32 mil personas que viven en el barrio Potrero Grande en la Comuna 21, decidieron colgar en sus puertas y ventanas trapos rojos para significar que allí no han recibido las anunciadas ayudas de la alcaldía, consistentes en un pequeño mercado.
El trapo significa que la están pasando mal, que tienen hambre y se constituye en un clamor para que se les tenga en cuenta en la repartición de las ayudas, pues en dicho sector se asientan más de 5 mil familias desplazadas por la violencia y desalojadas del Jarillón del Río Cauca.
Es increíble, pero la alcaldía a cargo del médico Jorge Iván Ospina, los tiene olvidados. En una distribución de la ayuda alimentaria, este barrio debió ser el primero. La gente vive en condiciones deplorables, el 90% de sus habitantes trabaja en la informalidad. En cada hogar viven hasta 10 0 12 personas en un espacio de 20 metros cuadrados y así el estado quiere que no salgan ni a la ventana.
Cuando a la gente se le dice que los mercados de la alcaldía son muy poca cosa para aliviarles la necesidad de alimentos, fruncen el ceño, levantan los hombros y dicen: "Algo es algo!".
Como les dijeron que los funcionarios en los demás barrios llegaban muy temprano, los vecinos montan guardia para recibirlos y mostrarles la dura realidad, pero así llevan más de tres semanas y mientras tanto la alcaldía lleva mercados a zonas donde no se necesita. A un dirigente comunal del barrio las Quintas de don Simón en la comuna 17 le llamaron para que a las 3 am los acompañara a repartir mercados. El lider comunitario les dijo: "Aquí nadie necesita esa ayuda, váyanse para el distrito, potrero grande, la ladera, aquí la gente más pobre tiene dos carros". Sin embargo fueron a llevar mercados a los barrios de clase media.
Bomba de tiempo
Al alcalde Jorge Iván Ospina, le han alertado que si no controla el desorden ciudadano que viola la cuarentena, el coronavirus pondrá orden en los cementerios y hospitales. El mandatario sabe que la única manera de mantener a la gente confinada es garantizándole comida, salud y algo de dinero, pero hasta el momento no se ve trabajo mancomunado para evitar que estalle la bomba de tiempo.
Cali es la segunda ciudad de Colombia con más contagios y muertes y lo que se quiere evitar es la ocurrencia de hechos tan lamentables como los de Guayaquil Ecuador.
ESTA MISMA SITUACIÓN SE VIVE EN LLANO VERDE
Advertencia del procurador
El procurador general de la nación, Fernando Carrillo Florez, fue enfático en señalar que las ayudas humanitarias no son el producto del capricho del mandatario de turno, sino un imperativo con motivo de la emergencia nacional. No se puede hacer politiquería con las ayudas que se dan con recursos públicos y por esa razón se investigará a los funcionarios que están haciendo de los recursos para la pandemia, una feria de la corrupción.
En Cali el alcalde Jorge Iván Ospina, destinó 60 mil millones para la compra de mercados y ante la prolongación de la cuarentena pidió la ayuda del gobierno nacional para que le de dinero para adquirir más mercados.
Con 60 mil millones se podrían comprar 1 millón de mercados de 60.000 pesos suficientes para 20 días de cuarentena, pero según lo informado oficialmente se compraron 200 mil mercados.
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