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CALI SEIS MESES DE CHONTINUISMO




Con el propósito de "revivir a Cali", el alcalde esgrimió en su campaña el lema "no al chontinuismo" para desacreditar a su oponente más cercano. Esta estrategia le permitió obtener más votos que sus propuestas, asegurándose así la victoria. Sin embargo, en seis meses de gobierno, un imperfecto proceso de empalme, la falta de una clara estrategia para gobernar y para comunicar, la superficialidad e imprecisión de sus mensajes publicados, sumado a la ausencia de propuestas efectivas para resolver problemas de fondo están generando desconfianza y dudas sobre su capacidad para cumplir lo prometido.

Debido a estos motivos y a su apego al "chontinuismo" que tanto criticó, los pequeños avances del gobierno han comenzado a generar una creciente inconformidad entre algunos sectores que lo apoyaron. Estos sectores reclaman orden y celeridad en el cumplimiento de su promesa de "revivir a Cali".
En este periodo, el alcalde destaca la reducción de la criminalidad, la creación de 5,000 empleos formales, la obtención de la sede de la COP16 y el apoyo internacional, incluida la bendición del Papa. También menciona la reparación de 14,000 metros lineales de vías, la asignación de 17,000 millones para el MIO, 15,000 millones para rescatar a Corfecali y 9,000 lámparas para el alumbrado público.

La movilidad, sigue siendo un desastre. Pesa la falta de una política pública, que integre y articule estratégicamente, bajo una autoridad única, todos los modos de transporte junto con su infraestructura urbana haciéndola trascender el ámbito del Distrito. La incertidumbre, sobre este tema, se acentúa cuando se efectúan y difunden pequeñas realizaciones con anuncios emotivos sin soluciones de fondo.

Seis meses después, el alcalde conserva la vetusta estructura administrativa de gobiernos anteriores cargada de foráneos y con el lastre de inútiles asesores y personal sin experiencia en asuntos públicos locales. De persistir en la estructura y en la falta de criterio en la selección de sus colaboradores, será imposible cumplir con la ejecución del plan de desarrollo aprobado.

La falta de conocimiento y experiencia en temas de la hacienda pública, por parte de los responsables de manejarla, hacen ver más imprecisa la estabilidad financiera del Distrito. Las fuentes de financiación presentadas en el plan de desarrollo, producto de trámites inadecuados sobre el reperfilamiento de la deuda bancaria del Distrito y las incorrectas disponibilidades presupuestales expedidas para el proyecto del Tren de Cercanías evidencian la incapacidad para dar respuesta a este tipo de asuntos.

En términos de seguridad y convivencia ciudadana, el alcalde es la primera autoridad de policía, pero la responsabilidad operativa de esta actividad recae en el gobierno nacional, que junto con las fuerzas militares ejecutan las labores de control del orden público en la región. Por lo tanto, no es ético que el alcalde se atribuya, sólo para sí, el mérito de la reducción de la criminalidad, como a veces intenta hacerlo creer en sus redes sociales.

Los programas sociales diseñados para los más vulnerables no igualan los niveles dejados por la administración anterior. El centro de Cali no avanza en su recuperación, el espacio público representado en las zonas verdes, los andenes, las fuentes luminosas, las áreas vitales para el esparcimiento, y en general el ornato público, siguen al garete tomados por basuras y escombros, reflejando una alarmante falta de compromiso con el cuidado del entorno de la comunidad.

Lo anterior refleja “desgreño”, que, sumado a la percepción de inseguridad, a los modos de contratación utilizados, a la prolongación del “chontinuismo”, al igual que las continuas distracciones que le provocan, al alcalde, sus ambiciones personales son el reflejo de un gobernante que no logra conectar con las necesidades reales de los ciudadanos.

Atrás quedan temas como: Cali Distrito y área metropolitana, servicios públicos (Emcali), salud, vivienda, POT, medio ambiente y la educación.

Finalmente, pretender atravesar el océano sin brújula hará más difícil alcanzar la orilla de "revivir a Cali". Para cumplir ese propósito es vital que el alcalde se concentre en gobernar para la ciudad, seleccionando y dirigiendo un competente equipo de colaboradores que le acompañen en la solución de los desafíos que la ciudad demanda.

La COP 16, con su enfoque en la biodiversidad y el medio ambiente, brinda una valiosa oportunidad para que Cali no solo sea anfitrión, sino que también demuestre ejemplos de transformación y liderazgo, iniciando la construcción de una agenda local de políticas urbanas y ambientales que hasta ahora no se han elaborado.

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