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Buga exige respuestas tras la desaparición del cuerpo que sería de Juan Mateo Pizarro Piay

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 25 nov
  • 2 Min. de lectura

(Por: William Loaiza Amador / Periodista)

En Buga aumenta la indignación y la consternación por un episodio que ha dejado a la ciudad sumida en dudas profundas: la posible desaparición del cuerpo que habría sido identificado preliminarmente como el de Juan Mateo Pizarro Piay, un joven reportado como desaparecido y que, según versiones iniciales divulgadas por El Tabloide, habría sido hallado calcinado el 22 de noviembre en una acequia del barrio La Ventura.

Las circunstancias alrededor del caso son confusas y han despertado cuestionamientos sobre el manejo de la escena y la actuación institucional. De acuerdo con relatos no oficiales, los agentes del CTI que acudieron al lugar habrían enfrentado un fuerte aguacero que dificultó el levantamiento del cadáver. La lluvia —según esas versiones— obligó a interrumpir temporalmente el procedimiento. Cuando los funcionarios regresaron, el cuerpo ya no estaba. Las aguas desbordadas de la acequia habrían arrastrado los restos.

La familia de Juan Mateo asegura que no existe ninguna prueba genética ni evidencia física que permita confirmar la identidad del cuerpo hallado, y advierte que, al no haber restos para analizar, la presunta identificación hecha en terreno carece de sustento técnico.

A través de redes sociales, su madre, Flor Piay Valencia, expresó su dolor e incertidumbre en un mensaje que se ha viralizado en el municipio:

“Ni yo puedo reconocer si ese cuerpo es el de mi hijo, porque no está. ¿Cómo pueden decir que es él si no lo tienen?”

La comunidad de Buga se pregunta cómo fue posible que la escena no se asegurara de manera adecuada, por qué el levantamiento no se realizó de inmediato y cómo un cuerpo calcinado pudo quedar expuesto a una corriente de agua capaz de arrastrarlo. Líderes locales exigen claridad sobre el protocolo aplicado y sobre la capacidad institucional para garantizar procedimientos rigurosos en contextos de emergencias climáticas.

Juan Mateo había sido reportado como desaparecido desde el viernes anterior al hallazgo. Hoy, su familia enfrenta una doble angustia: la incertidumbre sobre su paradero y la imposibilidad de acceder a un proceso forense que permita confirmar si el cuerpo encontrado pertenecía realmente al joven. Además de exigir respuestas, la familia insiste en un clamor que ha unido a buena parte de la ciudadanía: poder recuperar su cuerpo, si es que se trataba de él, para finalmente darle una despedida digna.

La Fiscalía, por su parte, no ha emitido un reporte oficial que esclarezca las circunstancias del operativo ni el estado de la investigación. Mientras tanto, Buga permanece a la espera, con una comunidad que exige verdad, rigor y una actuación institucional a la altura de la gravedad del caso.

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